jueves, 26 de febrero de 2009

Seamos Epicuro

Epicuro (en griego Επίκουρος) (Atenas, demo de Gargetto, 341 a. C. - Atenas, 270 a. C.), fue un filósofo griego, fundador de la escuela a la que le dio el nombre de Los Jardines. De padres pobres (Neocles, su padre, era maestro de escuela y Queréstrates, su madre, adivina) se educó en Samos, lugar en el que los atenienses habían establecido una colonia, de la que pasó a Atenas a la edad de diez años, ciudad que abandonó a la muerte de Alejandro Magno.

A su muerte dejó más de 300 manuscritos, incluyendo 37 tratados sobre física y numerosas obras sobre el amor, la justicia, los dioses y otros temas, según refiere el Laercio en el siglo III. A pesar de ello, de sus escritos sólo se han conservado tres cartas y algunos fragmentos breves. Las principales fuentes sobre las doctrinas de Epicuro son las obras de los escritores romanos Cicerón, Séneca, Plutarco y Lucrecio, cuyo poema De rerum natura (De la naturaleza de las cosas) describe el epicureísmo en detalle.

Concepto de Felicidad

Los mayores obstáculos que se oponen a la felicidad humana son el temor a la muerte y a la ira divina, y pueden ser eliminados gracias al conocimiento de la naturaleza (física). De hecho, la ética epicurea asegura a los hombres que la felicidad es fácilmente alcanzable una vez se hayan satisfecho unas pocas necesidades naturales indispensables, ya que la felicidad no es otra cosa que la ausencia de dolor físico (que generalmente es breve y provisional) y un estado de ánimo libre de cualquier turbación o pasión (ataraxia). Así, la felicidad, para Epicuro, se identifica con un placer estable o negativo (placer catastemático). La amistad entre sabios, fundada en una común adhesión a la doctrina epicúrea permite encontrar seguridad y consuelo.

Las preocupaciones que el autor propone evitar son tres: el temor a los dioses, el temor a la muerte y el temor al futuro. Si bien Epicuro no era ateo, entendía que los dioses eran seres demasiado alejados de nosotros, los humanos, y no se preocupaban por nuestras vicisitudes, por lo que no tenía sentido temerles. En cuanto al temor a la muerte, lo consideraba un sin sentido, puesto que “todo bien y todo mal residen en la sensibilidad y la muerte no es otra cosa que la pérdida de sensibilidad”. La muerte en nada nos pertenece pues mientras nosotros vivimos no ha llegado y cuando llegó ya no vivimos. Esta concepción de Epicuro trasciende el tema de la muerte en sí. Él propone una sabiduría de vida caracterizada por el optimismo y la admiración ante la existencia del mundo y del hombre. Por último, carece también de sentido temerle al futuro puesto que: “el futuro ni depende enteramente de nosotros, ni tampoco nos es totalmente ajeno, de modo que no debemos esperarlo como si hubiera de venir infaliblemente ni tampoco desespéranos como si no hubiera de venir nunca”. El destino no existe, poseemos algunas cosas por azar y otras por obra nuestra, y son estas últimas las que debemos atender.

El otro factor para lograr la felicidad es la obtención del placer catastemático. Su propuesta, a diferencia de la de sus antecesores que sostenían que debe buscarse el placer del momento sin atender a la tranquilidad y al reposo espiritual, difiere en algunos elementos.

Epicuro señala que existen tres tipos de placeres:

* Los naturales y necesarios (ej. el hambre),
* los naturales y no necesarios (disfrutar de una comida sabrosa o de los placeres sexuales) y
* los ni naturales ni necesarios (asistir a un opíparo banquete) a éstos los llama vanos o superfluos.

Epicuro dice que “todo placer es un bien en la medida en que tiene por compañera a la naturaleza”. Los placeres vanos no son buenos, porque a la larga nos acarrearán dolor y no sólo son más difíciles de conseguir, sino además más fáciles de perder.

También habla de la importancia de poseer una virtud para elegir y ordenar los placeres: la prudencia. Gracias a ella podemos desechar un placer si éste nos ocasionará un mal futuro.

El discernimiento de los diferentes placeres y la recta prudencia, permiten acercarnos a una vida feliz, lo cual constituye el objeto de la filosofía.

Epicuro valoraba como placer fundamental la tranquilidad del alma y la ausencia de dolor: “la ausencia de turbación y de dolor son placeres estables; en cambio, el goce y la alegría resultan placeres en movimiento por su vivacidad. Cuando decimos entonces, que el placer es un fin, no nos referimos a los placeres de los inmoderados, sino en hallarnos libres de sufrimientos del cuerpo y de turbación del alma”. Una vida en privacía, rodeada de amistades y de placeres moderados con el mínimo de dolores posibles y tranquilidad en el alma, es lo que nos brindará la felicidad y hacia eso debe encaminarse el hombre.

Su Filosofía

La filosofía de Epicuro puede ser claramente dividida en tres partes, la Canónica, que se ocupa de los criterios por los cuales llegamos a distinguir lo verdadero de lo falso, la Física, el estudio de la naturaleza, y la Ética, que supone la culminación del sistema y a la cual se subordinan las dos primeras partes.

Antes de examinar cada una de estas partes podemos afirmar que la filosofía de Epicuro, en líneas generales, se caracteriza por situarse en el lado opuesto a la filosofía platónica: afirma que no hay más que una realidad, el mundo sensible, niega la inmortalidad del alma y afirma que ésta, al igual que todo lo demás, está formada por átomos, afirma el hedonismo en la teoría ética y como modo de vida y rechaza el interés por la política y, frente a la reestructuración de la sociedad que, afirmaba Platón, era el objetivo del filósofo, prefiere un estilo de vida sencillo y autosuficiente encaminado a la felicidad en el que la amistad juega un papel fundamental.

Veamos ahora con más detalle cada una de las partes de la filosofía de Epicuro:


A) La canónica

La canónica es la parte de la filosofía que examina la forma en la que conocemos y la manera de distinguir lo verdadero de lo falso.

Según Epicuro la sensación es la base de todo el conocimiento y se produce cuando las imágenes que desprenden los cuerpos llegan hasta nuestros sentidos. Ante cada sensación el ser humano reacciona con placer o con dolor, dando lugar a los sentimientos, que son la base de la moral. Cuando las sensaciones se repiten numerosas veces se graban en la memoria y forman así lo que Epicuro denomina las "ideas generales" (diferentes a las platónicas).

Para que las sensaciones constituyan una base adecuada, sin embargo, deben estar dotadas de la suficiente claridad, al igual que las ideas, o de otro modo nos conducirán al error.

Diógenes Laercio, además de las sensaciones, los sentimientos y las ideas generales, menciona un cuarto proceso de conocimiento: las proyecciones imaginativas, por las cuales podemos concebir o inferir la existencia de elementos como los átomos, aunque éstos no sean captados por los sentidos.

Todos esos aspectos, sin embargo, son sólo los principios que rigen nuestro modo de conocer la realidad. El resultado de su aplicación nos lleva a concluir la concepción de la naturaleza que se detalla en la física, segunda parte de la filosofía epicúrea.


B) La física

Según la física de Epicuro toda la realidad está formada por dos elementos fundamentales. De un lado los átomos, que tienen forma, extensión y peso, y de otro el vacío, que no es sino el espacio en el cual se mueven esos átomos.

Las distintas cosas que hay en el mundo son fruto de las distintas combinaciones de átomos. El ser humano, de la misma forma, no es sino un compuesto de átomos. Incluso el alma está formada por un tipo especial de átomos, más sutiles que los que forman el cuerpo, pero no por ello deja el alma de ser material. Debido a ello, cuando el cuerpo muere, el alma muere con él.

Con respecto a la totalidad de la realidad Epicuro afirma que ésta, como los átomos que la forman, es eterna. No hay un origen a partir del caos o un momento inicial. Tal y como leemos en la Carta a Heródoto: "Desde luego el todo fue siempre tal como ahora es, y siempre será igual."

Toda esta concepción atomista procede claramente de Demócrito, pero Epicuro modifica la filosofía de aquel cuando le conviene, pues no acepta el determinismo que el atomismo conllevaba en su forma original. Por ello introduce un elemento de azar en el movimiento de los átomos, una desviación de la cadena de las causas y efectos con lo que la libertad queda asegurada.

Este interés por parte de Epicuro en salvaguardar la libertad es fruto de la consideración de la ética como la culminación de todo el sistema filosófico al cual se han de subordinar las restantes partes. Éstas son importantes tan sólo en la medida en que son necesarias para la ética, tercera y última división de la filosofía.


C) La ética.

La ética, como ya se ha dicho, es la culminación del sistema filosófico de Epicuro: la filosofía como el modo de lograr la felicidad, basada en la autonomía o autarkeia y la tranquilidad del ánimo o ataraxia. En la medida en la que la felicidad es el objetivo de todo ser humano, la filosofía es una actividad que cualquier persona, independientemente de sus características (edad, condición social, etc.) puede y debe realizar.

Para exponer la ética de Epicuro podemos fijarnos en dos grandes bloques. Por un lado todo aquello que su filosofía pretende evitar, que es, en definitiva, el miedo en sus diversos modos y maneras, y por otro lado, aquello que se persigue por considerarse bueno y valioso.

La lucha contra los diversos miedos que atenazan y paralizan al ser humano es parte fundamental de la filosofía de Epicuro; no en vano, ésta ha sido designada como el "tetrafármaco" o medicina contra los cuatro miedos más generales y significativos: el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el miedo al dolor y el miedo al fracaso en la búsqueda del bien:

- El miedo a los dioses es absurdo, nos dice Epicuro, pues éstos en nada intervienen en los asuntos humanos y no se mueven por la ira ni la cólera ni tantos otros sentimientos que comúnmente se les atribuyen. Por el contrario, los dioses deberían ser un modelo de virtud y de excelencia a imitar, pues viven en armonía mutua manteniendo entre ellos relaciones de amistad.

Aforismos

"La libertad es el mayor fruto de la autarquía".

"La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".

"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".

"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".

"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".

"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".

"Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día".

"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él".

"También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno".

"Límite de la grandeza de los placeres es la eliminación de todo dolor. Donde exista placer, por el tiempo que dure, no hay ni dolor ni pena ni la mezcla de ambos".

"La muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está, yo no."

"Comamos y bebamos que mañana moriremos"

Sobre Dios

Si Dios es perfecto, Él está siempre en paz y no puede enojarse o molestarse con nadie o por nada, porque el disgustarse sólo es propiedad de un ser imperfecto. De igual manera, si Dios es perfecto, Él no necesita ni desea nada de nadie, ya que si Él necesitase o desease algo, no sería Dios sino un ser infeliz e imperfecto.

Sobre la Muerte

La muerte no es nada para nosotros, una vez que el cuerpo y el cerebro se convierten en polvo y cenizas, no hay sentimiento ni pensamiento, y lo que no tiene sentimiento o pensamiento es nada para nosotros.

Sobre el Dolor

Lo máximo en el placer es estar libre de todo dolor y molestia, tanto en el cuerpo como en la mente. Cuando este placer está presente, todo el dolor está ausente.

Sobre las Enfermedades

Las enfermedades que provocan un dolor atormentador duran sólo corto tiempo, luego de ello uno está libre. Las enfermedades que acarrean un dolor atenuado pueden durar largo tiempo, pero es posible vivir de forma tal que los placeres de la vida superan con largueza las molestias. En ambos casos, el dolor no es algo que uno deba temer.

Sobre la Felicidad y la Sabiduría

Es imposible ser feliz sin también ser sabio, honorable y honesto, y es imposible ser sabio, honorable y honesto sin también ser feliz. La felicidad es tan dependiente de la práctica de la sabiduría, el honor y la honestidad que ser negligente con sólo uno de estos valores conducirá irremediablemente a problemas y lamentaciones en la vida.

Sobre lo Correcto

Absolutamente todo lo que nos aleje de ser dañado por la gente es bueno y correcto.

Sobre la Fama

Algunos hombres y mujeres desean ser famosos y bien conocidos porque piensan que esto hará que sus vidas estén a salvo de riesgos. Si la fama acarrea la seguridad, es bueno y correcto desear ser famoso; pero si una vida famosa trae más problemas que una vida oscura, es tonto desear lo que es realmente malo para nosotros.

Sobre qué placeres perseguir y cuáles evitar.

No hay placer que sea malo en sí mismo. Lo que es malo son las desagradables consecuencias que puedan resultar si no se usa la cabeza. Si todo placer permaneciese y afectase a todo el cuerpo y no sólo a una o dos partes, no habría diferencia entre un placer u otro; todos ellos serían igualmente deseables. Si las cosas que provocan placer a los hombres y mujeres licenciosos los liberase de tener mentes perturbadas, es decir, si una vida así los liberase del temor a Dios, el temor a la muerte y el temor al dolor, y si aquellas cosas les enseñaran cómo manejar racionalmente sus deseos, no veríamos nada malo con esos hombres y mujeres; ellos habrían alcanzado la cima del placer y estarían libres de todo el sufrimiento corporal y mental, que es el principio y el fin de todo el mal.

Sobre la Paz Mental

Si nuestra paz mental no fuera disturbada por ideas supersticiosas sobre cometas, estrellas fugaces y otros tipos de fenómenos astronómicos, o por pensar en la muerte (lo que realmente es nada para nosotros), así como por nuestra carencia de entendimiento de los limites del sufrimiento y cómo manejar racionalmente nuestros deseos, no tendríamos necesidad alguna de adquirir un cabal entendimiento científico de la naturaleza. El individuo honesto tiene más paz mental que nadie; es el hombre o mujer deshonesto quien siempre tiene alguna razón para preocuparse y sentirse ansioso.

Sobre el Entendimiento

Una persona no puede estar libre de la mayoría de los temores que preocupan sobre el universo en tanto carezca de un cabal entendimiento científico de la naturaleza y crea más bien en leyendas, parábolas y mitos. Sin un cabal entendimiento científico de la naturaleza uno no puede alcanzar la cima del placer.

Sobre la Seguridad

No hay razón para luchar denodadamente por lograr seguridad física y mental ante aquellos quienes pueden dañarnos si nuestra paz mental puede ser fácilmente atacada y destruida por temores y ansiedades que provienen de un entendimiento no científico de por qué la naturaleza se comporta como lo hace en el cielo, en la tierra, o en cualquier otro lugar del universo.

Si bien buena parte de sentirnos a salvo de otros pudiera posiblemente obtenerse a través de acumular gran riqueza y poder, la seguridad, la protección y la tranquilidad serían más ciertamente nuestras si simplemente viviésemos una vida calmada y sencilla, retirada del mundo.

Sobre la Riqueza

Entiende que la verdadera riqueza es tener lo que realmente se necesita para una vida feliz y averiguarás cuán fácil es satisfacerla completamente; cree, erróneamente, que la riqueza consiste en poseer todo lo que uno pudiera posiblemente imaginar y soñar, y no habrá nunca un término para tus afanes y sudores.

Sobre las Dificultades

Al manejar continuamente los asuntos más importantes de la vida de acuerdo con los dictados de la razón, el hombre, o la mujer, sabio construye una defensa de por vida contra las desdichas y dificultades, y rara vez sufre por ellas.

Sobre el Placer

Tan pronto como se ha alcanzado la cima del placer físico a través de la satisfacción del ansia corporal, no hay mayor placer que disfrutar por sobre ello; uno ha alcanzado un nivel que no puede ser superado. En ese punto, uno puede variar el tipo de placer; uno no puede incrementar la intensidad. El placer mental también tiene un límite natural que no puede ser superado y este es lo siguiente: la paz de mente que resulta del entendimiento racional y la búsqueda del placer y de un cabal entendimiento científico de aquellas cosas que acostumbraban llenar la mente con temor y estremecimiento.

Sobre la Inmortalidad

Una vida inmortal no proveería una oportunidad para ningún placer adicional de lo que esta vida mortal provee. Un entendimiento racional de la felicidad esclarece el hecho de que la cima del placer se logra aquí y ahora, en esta vida, y no puede ser superada, ni aún si uno pudiera vivir para siempre.

Sobre los Límites del Placer

Si no hubiera ningún límite natural para el placer, tomaría una eternidad satisfacer el número infinito de deseos que uno pudiera imaginar y soñar. La mente, sin embargo, es capaz de descubrir el límite natural y la cima del placer; es además capaz de liberarnos de todos los temores de cualquier vida después de la muerte, de forma que no necesitamos, ni deseamos, ni tememos a la eternidad. Por lo tanto, aún si nos llegase la hora de partir de esta vida, podemos acercarnos a nuestro descanso final con la absoluta confianza que hemos gozado todo el placer que fue posible gozar. El individuo que aprende cuáles son los límites naturales del placer sabe cuán poco se requiere verdaderamente para satisfacer sus necesidades y tener una vida feliz, y cuán fácil es obtenerla. Por lo tanto, es innecesario malgastar su vida luchando y fatigándose.

Sobre las Decisiones

En la toma de toda decisión, el principio básico debiera ser el objetivo último de la vida que tenemos frente a nosotros y lo que realmente sabemos y hemos experimentado (en lugar de lo que otros alocadamente imaginan): si nos apartamos de esta norma, nos veremos abrumados con la duda y la confusión. Si no tenemos claro en nuestra mente el objetivo último cuando requeramos tomar una determinación sobre seguir o evitar un particular placer o dolor, y procedemos en nuestra decisión de acuerdo con algún criterio menos reflexionado, nuestro comportamiento no será consistente con nuestros principios

Sobre las Opiniones

Si negamos o descartamos todo aquello que sabemos y hemos experimentado, no quedará nada para servirnos como principio fundamental cuando requiramos formarnos una opinión sobre cualquier asunto, ni siquiera aquellos puntos de vista que reconocemos como falsos.

Sobre la Duda y Confusión

La confianza absoluta al determinar lo que es cierto y lo que es alucinatorio es sólo posible si aprendemos a distinguir claramente entre aquellas ideas que se basan en lo que sabemos y hemos experimentado y aquellas otras que tienen su origen en la imaginación y nada más. En otras palabras, si damos la misma autoridad a la imaginación y a nuestros sentimientos internos que el que damos a lo que sabemos y hemos experimentado, nunca estaremos completamente seguros respecto de nada, toda vez que no habrá un principio básico con el cual eliminar la duda y la confusión.


Carta a Meneceo (Fragmento)
1.

Parte de nuestros deseos son naturales, y otra parte son vanos deseos; entre los naturales, unos son necesarios y otros no; y entre los necesarios, unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma. Conociendo bien estas clases de deseos es posible referir toda elección a la salud del cuerpo y a la serenidad del alma, porque en ello consiste la vida feliz. Pues actuamos siempre para no sufrir dolor ni pesar, y una vez que lo hemos conseguido ya na necesitamos de nada más.
2.

Por eso decimos que el placer es el principio y fin del vivir feliz. Pues lo hemos reconocido como bien primero y connatural, y a partir de él hacemos cualquier elección o rechazo, y en él concluimos cuando juzgamos acerca del bien, teniendo la sensación como norma o criterio. Y puesto que el placer es el bien primero y connatural, no elegimos cualquier placer, sino que a veces evitamos muchos placeres cuando de ellos se sigue una molestia mayor. Consideramos que muchos dolores son preferibles a los placeres, si, a la larga, se siguen de ellos mayores placeres. Todo placer es por naturaleza un bien, pero no todo placer ha de ser aceptado. Y todo dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser evitado siempre. Hay que obrar con buen cálculo en estas cuestiones, atendiendo a las consecuencias de la acción, ya que a veces podemos servirnos de algo bueno como de un mal, o de algo malo como de un bien.
3.

La autosuficiencia la consideramos como un gran bien, no para que siempre nos sirvamos de poco, sino para que cuando no tenemos mucho nos contentemos con ese poco; ya que más gozosamente disfrutan de la abundancia quienes menos necesidad tienen de ella, y porque todo lo natural es fácil de conseguir y lo superfluo difícil de obtener. Los alimentos sencillos procuran igual placer que una comida costosa y refinada, una vez que se elimina el dolor de la necesidad.

Por ello, cuando decimos que el placer es el objetivo final, no nos referimos a los placeres de los viciosos -como creen algunos que ignoran, no están de acuerdo o interpretan mal nuestra doctrina-, sino al no sufrir dolores en el cuerpo ni estar perturbado en el alma. Porque ni banquetes ni juergas constantes dan la felicidad, sino el sobrio cálculo que investiga las causas de toda elección o rechazo y extirpa las falsas opiniones de las que procede la gran perturbación que se apodera del alma.
4.

El más grande bien es la prudencia, incluso mayor que la filosofía. De ella nacen las demás virtudes, ya que enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente sin vivir con placer. Las virtudes están unidas naturalmente al vivir placentero, y la vida placentera es inseparable de ellas.


Exhortaciones

"La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".

"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".

"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".

"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".

"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".

"Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día".

"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él".

"También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno".
Carta a Herodoto (Fragmento)

Carta a Herodoto (Fragmento)
1.

Para aquéllos, oh Herodoto, que no pueden tener un conocimiento perfectamente exacto de cada uno de mis escritos sobre la Naturaleza, y estudiar a fondo los principales libros, más largos, que he escrito, he hecho un resumen de toda mi obra que permite retener más fácilmente las principales teorías. Podrán, así, evitarse el tener que hacerlo ellos mismos con mis ideas principales en la medida en que se interesen por la naturaleza.
2.

Por otra parte, quienes conocen ya a fondo mis obras completas, necesitan tener presentes en la memoria las líneas generales de mi doctrina, pues a menudo tenemos más necesidad de un resumen que del conocimiento particular de los detalles. Hay que avanzar paso a paso reteniendo constantemente el conjunto de la doctrina para comprender bien sus detalles. Este doble efecto será posible si se comprenden bien y se retienen en su verdadera formulación las ideas esenciales, y si se las aplica seguidamente a los elementos, a las ideas particulares y a las palabras. Conoce a fondo la doctrina quien puede sacar partido rápidamente de las ideas generales. Pues es imposible poseer en su completo desarrollo la totalidad de mi obra si se es incapaz de resumir para uno mismo y en pocas palabras el conjunto de aquello en lo que se quiere profundizar particularmente, detalle a detalle.
Ya que este método resulta útil para todos los que estudian seriamente la física, aconsejo a todos los hombres decididos que se entregan asiduamente a tal estudio, y que buscan en ella el medio de obtener tranquilidad de vida, que hagan un resumen similar del conjunto de mis teorías.
3.

Hay que empezar, Herodoto, por conocer lo que se oculta en las palabras esenciales, a fin de poder, relacionándolas con los cosas mismas, formular juicios sobre nuestras opiniones, nuestras ideas y nuestras dudas. De este modo no corremos el riesgo de discutir hasta el infinito sin resultados y de pronunciar palabras vacías. En efecto, es necesario estudiar primeramente el sentido de cada palabra, para no tener necesidad de un exceso de demostraciones, cuando discutamos nuestras preguntas, nuestras ideas y nuestras dudas. Después hay que observar todas las cosas confrontándolas con las sensaciones y, de modo general, con las intuiciones del espíritu o cualquier otro criterio. Igualmente por lo que respecta a nuestras afecciones presentes, para poder juzgar según los signos los objetos de nuestra atención y los objetos ocultos.
4.

Cuando se haya visto todo eso se está preparado para estudiar las cosas invisibles y, en primer lugar, podemos decirnos que nada nace de nada, ya que si las cosas no tuvieran necesidad de semilla todo podría nacer de todo. Por otra parte, si lo que desaparece volviera a la nada, todas las cosas perecerían, ya que no podrían convertirse más que en nada. De lo que resulta que el universo ha sido siempre y será siempre lo que es actualmente, ya que no hay ninguna otra cosa en lo que se pueda convertir, y tampoco hay, fuera del universo, nada que pueda actuar sobre él para provocar un cambio.

El universo está formado por cuerpos. Su existencia queda más que suficientemente probada por la sensación, pues es ella, lo repito, la que sirve de base al razonamiento sobre las cosas invisibles. Si lo que llamamos el vacío, la extensión, la esencia intangible, no existiera, no habría lugar en el que los cuerpos pudiera moverse, como de hecho vemos que se mueven.
5.

Al margen de estas dos cosas no se puede comprender nada, - ni por intuición, ni por analogía con los datos de la intuición-, de lo que existe en tanto que naturaleza completa, ya que no estoy hablando de acontecimientos fortuitos o de accidentes.
6.

Entre los cuerpos, unos son compuestos, y otros son los elementos que sirven para hacer los compuestos. Estos últimos son los átomos indivisibles e inmutables, ya que nada puede convertirse en nada, y es necesario que subsistan realidades cuando los compuestos se desagregan. Estos cuerpos están llenos por naturaleza y no tienen en ellos lugar ni medio por el que pudieran destruirse. De lo que resulta que tales elementos deben ser, necesariamente, las partes indivisibles de los cuerpos. Por lo demás, el universo es infinito. En efecto, lo que es finito tiene un extremo, y el extremo se descubre por comparación respecto a otro. Así que, careciendo de extremo, no tiene, en absoluto, fin; y, no teniendo fin, es necesariamente infinito y no finito.
7.

El universo es infinito desde dos puntos de vista: por el número de cuerpos que contiene y por la inmensidad del vacío que encierra. Si el vacío fuera infinito y el número de cuerpos limitado, éstos se dispersarían en desorden por el vacío infinito, ya que no habría nada para sostenerlos y nada para unirlos a las cosas. Y si el vacío fuera limitado y el número de cuerpos infinitos no habría lugar donde se pudieran instalar.
8.

Por otra parte, los cuerpos llenos e indivisibles, de los que están formados y en los que se resuelven los compuestos, presentan formas tan diversas que no podemos conocer su número, ya que no es posible que tantas formas diferentes provengan de un número limitado y comprensible de figuras semejantes. Además, cada figura presenta un número infinito de ejemplares, pero, por lo que respecta a su diferencia, tales figuras no alcanzan un número absolutamente ilimitado. Su número es, simplemente, incalculable.
Además, los átomos están animados de movimiento perpetuo. Unos están separados por grandes intervalos; otros, por el contrario, conservan su impulso todas las veces que son desviados, uniéndose a otros y convirtiéndose en las partes de un compuesto. Es la consecuencia de la naturaleza del vacío, incapaz por sí mismo de inmovilizarlos. Por otra parte, su inherente solidez les hace rebotar, luego de cada choque, al menos en la medida en que su integración en un compuesto les permita rebotar luego de un choque.
9.

El movimiento de los átomos no ha tenido comienzo, ya que los átomos son tan eternos como el vacío.
10.

Por otra parte, hay una infinidad de mundos, sean parecidos al nuestro, sean diferentes. En efecto, siendo los átomos infinitos, como se acaba de demostrar, son llevados por su movimiento hasta los lugares más alejados. Y tales átomos, que por su naturaleza sirven, ya por sí mismos, ya por su acción, para crear un mundo, no pueden ser utilizados todos para formar un único mundo, o un número limitado de mundos, ni para los semejantes a éste, ni para los diferentes, de modo que nada impide que haya una infinidad de mundos.

* El cuerpo, en lances de amor, es parte indispensable del alma."

* "El hombre es rico desde que se ha familiarizado con la escasez."

* "El más grande fruto de la justicia es la serenidad del alma"

* El placer es el principio y el fin de una vida feliz.
o Fuente: Carta a Meneceo, 128.

* "El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo."

* "El sabio no se esforzará en dominar el arte de la retórica y no intervendrá en política ni querrá ser rey."

* "La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo."
o Otra versión: "La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos".
o Fuente: Carta a Meneceo, 125.

* La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad.
o Fuente: Exhortaciones, 9.

* Las enfermedades duraderas proporcionan a la carne más placer que dolor.
o Fuente: Máximas capitales, IV.

* "Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco."
o Fuente: Exhortaciones, 68.

* "No es verdaderamente impío el hombre que niega los dioses que la multitud venera, sino aquél que afirma de los dioses lo que la multitud cree de ellos "

* "¿Por qué temer la muerte, si mientras existimos, ella no existe y cuando existe la muerte, entonces, no existimos nosotros?"

* "¿Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia."

* "Retírate dentro de ti mismo, sobre todo cuando necesites compañía."

* «¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? Entonces no es omnipotente. ¿No está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? Entonces es perverso. ¿Está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? Si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿No será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo? Entonces, ¿para qué lo llamamos Dios?».

* «¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros».


La Paradoja de Epicuro

Epicuro pensando sobre la naturaleza de los dioses de ese entonces, pero que se sigue aplicando a los que actualmente siguen muchos formuló:
Si dios quiere acabar con el mal, pero no puede, entonces no es omnipotente.
Si dios puede acabar con el mal, pero no quiere, entonces es malévolo.
Si dios puede y quiere acabar con el mal, ¿Entonces por que hay males en el mundo?
Si dios no puede ni quiere acabar con el mal, ¿Entonces por que llamarlo dios?


Argumento del mal de Epicuro:
1) o dios quiso eliminar el mal y no pudo.
2) o dios pudo eliminar el mal y no quiso.
3) o dios ni quiso ni pudo.
4) o dios quiso y pudo.
en el caso 1, dios es impotente lo que contradice su omnipotencia.
en el caso 2, dios es malvado lo que contradice su bondad suma.
en el caso 3, dios es impotente y malvado a la vez lo que contradice su omnipotencia y bondad.
en el caso 4, si dios quiere y puede acabar con el mal, ¿porque no elimina al mal?. en este caso dios es incoherente lo que contradice su perfección.
conclusión caso 1: si dios no es omnipotente no es dios, luego dios no existe.
conclusión caso 2: si dios no es bondadoso no es dios, luego dios no existe.
conclusión caso 3: si dios no es omnipotente ni bondadoso no es dios, luego dios no existe.
conclusión caso 4: si dios no es perfecto no es dios, luego dios no existe.
El argumento del mal de Epicuro (repetido por Bayle, Diderot, Shopenhauer, etc.) demuestra la inexistencia de Dios, ya que un Dios todopoderoso y bondadoso y la existencia del mal son mutuamente excluyentes, y se plantean los dilemas: o dios es malo o no existe; o dios es todopoderoso o bueno.

Dios Perfecto vs Imperfección del Mundo:
si Dios existe, Dios es perfecto.
si Dios existe, Dios creó al mundo.
si Dios es perfecto sólo puede crear cosas perfectas.
si Dios es creador creó un mundo en que abunda la imperfección.
pero un Dios perfecto no puede crear un mundo en el que abunda la imperfección.
por lo tanto, es imposible que un Dios perfecto créara al mundo.
luego, Dios no existe.

Dios Justo vs Dios Bueno:
si Dios existe, Dios es justo.
si Dios existe, Dios es bueno.
un Dios justo castiga los pecados con la exacta severidad que amerita.
un Dios bueno castiga los pecados con menos severidad de lo que amerita.
pero un Dios no pude castigar los pecados con la exacta y menos severidad al tiempo.
por lo tanto, es imposible que un Dios justo sea bueno.
luego, Dios no existe.

Dios Perfecto vs Dios Creador:
si Dios existe, Dios es perfecto.
si Dios existe, Dios es creador del mundo.
un Dios perfecto no tiene deseos ni necesidades.
un Dios creador tuvo el deseo de crear el mundo.
pero un Dios perfecto no puede tener el deseo de crear el mundo.
por lo tanto, es imposible que un Dios perfecto sea creador del mundo.
luego, Dios no existe.

Dios Omnipresente vs Dios Persona:
si Dios existe, Dios es omnipresente.
si Dios existe, Dios es persona.
un Dios omnipresente está en todas partes del espacio.
una persona no está en todas partes del espacio.
pero un Dios omnipresente no puede no estar en todas partes del espacio.
por lo tanto, es imposible que un Dios omnipresente sea persona.
luego, Dios no existe.

Dios Omnipresente vs Dios Trascendente:
si Dios existe, Dios es omnipresente.
si Dios existe, Dios es trascendente.
un Dios omnipresente está en todas partes del espacio.
un Dios trascendente está fuera del espacio.
pero un dios que está en todas partes del espacio no puede estar afuera del espacio.
por lo tanto, es imposible que un dios omnipresente sea trascendente.
luego, Dios no existe.

Dios Trascendente vs Dios Persona:
si Dios existe, Dios es trascendente.
si Dios existe, Dios es persona.
un Dios trascendente está fuera del tiempo.
una persona lleva a cabo acciones en el tiempo.
pero un Dios que está fuera del tiempo no puede llevar a cabo acciones en el tiempo.
por lo tanto, es imposible que un Dios trascendente sea persona.
luego, Dios no existe.

Dios Omnipotente vs Dios Malévolo: (ésta la saqué del libro de avanzada =D)
Si Dios fuera incapaz de evitar el mal no sería omnipotente.
Si no quisiera hacerlo sería malévolo.
El mal sólo puede existir si Dios no puede o no quiere impedirlo.
El mal existe.
Si Dios existe, es omnipotente y no es malévolo.
Luego, Dios no existe.

Paradoja de Epicuro. ¿Quiere pero no puede Dios erradicar el mal?
El problema del mal o Paradoja de Epicuro consiste, para la filosofía de la religión, en la contradicción que surge al combinar la existencia del mal y del sufrimiento en el mundo con la existencia de un Dios omnisciente, omnipresente, omnipotente y omnibenevolente.

Es decir, que el problema del mal emana de la suposición de que un Dios omnisciente y todopoderoso debería ser capaz de arreglar el mundo según sus intenciones. Como el mal y el sufrimiento existen, puede parecer que Dios quiere o permite que existan, por lo que no sería perfectamente bueno, o no sería omnisciente porque no se percata de todo el sufrimiento del mundo, o no es todopoderoso ya que no puede arreglar el mundo para eliminar de raíz el mal.

Ahora, quiero hacerle los siguientes comentarios:

¿cómo puede ser Omnipotente y Omnibenevolente a la vez? O quiere y no puede detener el mal, o no puede aunque quiera. O no puede y no quiere, y la opción de que quiera y pueda es evidentemente falsa, porque el mal existe. Dices: ¿O pretendemos que baje Jesús …. y nos obligue o castigue? Yo te respondo: No que baje y obligue, sino que Dios, de antemano, evite el mal. Si se supone que puede y que quiere (porque es bueno), entonces ¿por qué no lo ha hecho?

Si no puede/quiere controlar el mal ¿Por qué decir que es Omnipotente y Omnibenevolente? Si no quiere controlarnos, si prefiere que seamos libres, entonces es malévolo, porque puede, pero prefiere que suframos a intevenir con nuestra libertad.

“Dios está al lado del hombre en su sufrimiento) pienso que entonces, Dios permite el sufrimiento, y eso lo hace malévolo, no bueno.

No, no es igual de lógico. No se supone que Epicuro sea omnipotente. O sea, que no hay nada de interesante en que pueda o no entender a Dios (suponiendo que Dios exista). Lo que si es interesante, es que supuestamente Dios es omnipotente, (entonces puede detener el mal), pero no lo hace (obviamente hay mal), entonces es malévolo. Epicuro puede querer o no querer entenderlo, o poder o no poder entenderlo, pero es irrelevante. Lo relevante es que las características que se le atribuyen a Dios no pueden coexistir en un mismo ser. Y por otra parte, si aun vemos las estrellas que ya se apagaron, no significa que estén prendidas. Significa que vemos su luz viajando por el espacio, pero la estrella definitivamente está apagada.

Entonces, mientras tanto es malévolo. Porque lo tiene planeado, pero no quiere (o no puede) evitar el sufrimiento mientras tanto. Interesante.

Estamos hablando de un Dios que prefirió el libre albedrío al no-sufrimiento. Eso lo hace necesariamente malévolo. No puede ser bueno quien prefiere dejar que alguien sufra, teniendo la capacidad de evitarlo. Por otra parte, dices: “el tiene el poder para limpiar el mundo, y lo va a hacer pero, necesita saber quienes son los que verdaderamente tienen fe en el”. ¿entonces qué está esperando? Es malévolo mientras espera saber quienes son los que tienen fe, porque esa espera implica sufrimiento para los humanos.


¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? entonces no es omnipotente. ¿no está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? entonces es perverso. ¿está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿no será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo? entonces, ¿para qué lo llamamos dios?


¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo se ni tengo medios para saberlo. Pero se, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros.

El miedo a los dioses es absurdo, nos dice Epicuro, pues éstos en nada intervienen en los asuntos humanos y no se mueven por la ira ni la cólera ni tantos otros sentimientos que comúnmente se les atribuyen. Por el contrario, los dioses deberían ser un modelo de virtud y de excelencia a imitar, pues viven en armonía mutua manteniendo entre ellos relaciones de amistad.

"La necesidad (de religion y creer en dios o dioses) es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".

Por lo consiguiente dios no es todo poderoso,
dios no puede, ni quiere…
o simplemente dios HA MUERTO! Aleluya!!!
o la mas acercado a la realidad es que vivimos en un mundo NATURAL!
Sin dioses ni nadie que nos aterrorice en las noches!

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