miércoles, 25 de marzo de 2009

Los cerebros de los creyentes y de los no-creyentes son diferentes

La fe en Dios y el fervor religioso reducen la ansiedad ante los propios errores, según un estudio

Las creencias religiosas ayudan a minimizar el estrés ante nuestros propios errores y ante lo desconocido, señalan los resultados de dos estudios realizados en la Universidad de Toronto con participantes de diversas religiones y razas, y también con personas no-creyentes. La amígdala cingulada anterior del cerebro de los individuos que creen en Dios se activa mucho menos cuando éstos cometen errores que en el caso de los individuos no-creyentes. Esta calma, sin embargo, puede ser contraproducente en algunos casos, advierten los científicos, porque la ansiedad ante nuestros fallos es lo que nos impulsa a cambiar o a mejorar nuestro comportamiento. Por Yaiza Martínez.


Creer en Dios puede bloquear la ansiedad y minimizar el estrés, señalan los resultados de dos investigaciones realizadas en la Universidad de Toronto, en Canadá.

Según publica dicha universidad en un comunicado en ambas investigaciones, dirigidas por el profesor de psicología Michael Inzlicht, los participantes fueron sometidos a la denominada tarea Stroop.

Esta tarea es una prueba de control cognitivo que se utiliza comúnmente para estudiar la capacidad de control de las interferencias automáticas y para medir procesos cognitivos, como la atención selectiva y la flexibilidad.

Mediciones con electrodos

Mientras los voluntarios realizaban la tarea Stroop, una serie de electrodos colocados en sus cráneos midieron la actividad de sus cerebros.

Así, se reveló que, comparados con los no-creyentes, los participantes religiosos mostraron una actividad significativamente menor durante la prueba en la corteza cingulada anterior del cerebro, un área que nos ayuda a modificar el comportamiento señalando cuando son necesarios el control y la atención, normalmente como resultado de algún hecho que nos produce ansiedad, como el cometer un error.

Cuanto más fuerte fuera el fervor religioso de los participantes, y cuanto más creían éstos en Dios, menor actividad se detectaba en su corteza cingulada anterior como respuesta a sus propios errores en la prueba, y menos cantidad de errores se cometían.

Según explica Inzlicht en el comunicado de la Universidad de Toronto, “se podría pensar que esta parte del cerebro es como una alarma cortical que suena cuando un individuo acaba de cometer un error o de experimentar una incertidumbre”.

Alarma cortical menos activa

Esta alarma, según han descubierto los investigadores, funciona más levemente en el caso de las personas religiosas.

Así, dice Inzlicht, “lo que hemos descubierto es que la gente religiosa, e incluso las personas que simplemente creen en las existencia de Dios, muestran menos actividad en el cerebro en relación con sus propios errores. Estos individuos sienten mucha menos ansiedad y se sienten menos estresados cuando cometen un error”.

Esta relación entre menor estrés y religiosidad se mantuvo intacta incluso al contemplar otras características de los participantes, como sus habilidades cognitivas o su personalidad: independientemente de ellas, los individuos religiosos cometieron menos errores en la taera Stroop que sus compañeros no creyentes.

Efecto calmante

Esta constatación demuestra que la fe tiene un efecto calmante en los creyentes, porque los hace sentir menos ansiosos frente a lo desconocido y ante sus propios errores.

Pero Inzlicht advierte de que la ansiedad es un “arma de doble filo”, que en ciertas situaciones nos ayuda y puede ser incluso necesaria.

“Obviamente, la ansiedad puede resultar negativa si se padece demasiado; el miedo nos paraliza. Sin embargo, también resulta una función muy útil porque nos alerta cuando estamos cometiendo algún error. Si no experimentamos la ansiedad cuando cometemos un error, ¿qué impulso tenemos para cambiar o mejorar nuestro comportamiento y no repetir los mismos fallos una y otra vez?”, señala el científico.

No depende de la afiliación religiosa

Según explican Inzlicht y sus colaboradores en el artículo original de este estudio, que fue publicado por la revista Psychological Science, estos resultados sugieren que las convicciones religiosas proporcionan un marco para la comprensión y las actuaciones dentro del entorno de cada individuo. Por eso, funcionan como un reductor de la ansiedad y minimizan la experimentación de los propios errores.

En la primera investigación, en la que se medía la relación entre el fervor religioso y la ansiedad, participaron 18 mujeres y 10 hombres, de diversas creencias religiosas: el 39% de los participantes eran cristianos, el 21% musulmanes, el 14% hinduistas, el 11% budistas, y un 15% eran de otras religiones o no-religiosos.

En la segunda investigación, en la que se relacionó la fe en Dios con el grado de ansiedad en la prueba Stroop, participaron 13 mujeres y nueve hombres de diversas etnias y razas: el 33% procedían de Extremo Oriente, otro 33% del sur de Asia, el 28% eran caucásicos, y el 6% restante pertenecían a otras etnias y razas. En esta parte del estudio no se registraron las afiliaciones religiosas específicas de cada participante.


La inmigración cambia la geografía religiosa de Estados Unidos
Los norteamericanos rechazan cada vez más las religiones organizadas, según la encuesta ARIS

Los resultados de la encuesta ARIS 2008 han revelado que la población de fe católica norteamericana se ha ido trasladando del noreste al suroeste del país, mientras que la población secular continúa ganando fuerza en todas las regiones. Por otro lado, la identificación religiosa de los estadounidenses sigue siendo predominantemente cristiana, a pesar de que se ha constatado una reducción en el número de cristianos con respecto a encuestas anteriores. Asimismo, los norteamericanos rechazan cada vez más la religión organizada, y en un 70% afirma creer en un “dios personal”. ARIS 2008 apunta por último a un importante papel del fenómeno de la inmigración en la reorganización del esquema religioso norteamericano. El mismo fenómeno también estaría afectando a Europa, aunque de otra manera. Por Yaiza Martínez.



La encuesta ARIS 2008 (American Religious Identification Survey), realizada por el Program on Public Values del Trinity College de Estados Unidos, señala que la población norteamericana de fe católica se ha ido trasladando del área noreste del país hacia la región suroeste, mientras que la población secular continúa ganando fuerza en todas las regiones del país.

Según dicha encuesta, la reducción del catolicismo en el noreste resulta sorprendente y tiene su origen en la inmigración latinoamericana y en el aumento de la población hispana. Hoy día, California tiene más católicos que Nueva Inglaterra, señala el estudio.

ARIS 2008 es la tercera de una serie de encuestas nacionales llevadas a cabo con adultos de los 48 estados de EEUU, y se desarrolló entre febrero y noviembre de 2008. Las anteriores encuestas de la serie se realizaron en 1990 y en 2001.

Rechazo a la religión organizada

Con un total de 54.461 entrevistas, ARIS 2008 presenta un margen de error del 0,5%, y es la única encuesta que proporciona un perfil completo de los cambios de la identificación religiosa de los estadounidenses durante la pasada generación.

Los datos que se desprenden de ella señalan que la identificación religiosa de los estadounidenses ahora mismo es predominantemente cristiana, a pesar de que se ha constatado una reducción en el número de cristianos con respecto a los datos registrados en las encuestas anteriores.

Así, en el año 1990, el 86% de los adultos estadounidenses encuestados se identificaron como cristianos, y en 2008 ese porcentaje ha bajado al 76%.

Esta reducción parece haber afectado sobre todo al protestantismo, puesto que la encuesta señala que ha sido el número de los miembros de las iglesias y denominaciones históricas protestantes el que ha sufrido una reducción más precipitada, mientras que los cristianos sin denominación específica han aumentado, especialmente desde 2001.

De hecho, señala la encuesta, el reto al cristianismo que se está dando en Estados Unidos actualmente no procede de otras religiones, sino del rechazo cada vez más extendido hacia cualquier forma de religión organizada.

Dioses personales

Así, aunque la encuesta ha revelado que el 34% de los adultos estadounidenses se consideran cristianos "evangélicos" o "vueltos a nacer", también presenta evidencias de que la población norteamericana se está haciendo cada vez menos religiosa.

Indicadores de la erosión de la afiliación religiosa son, por ejemplo, los siguientes datos: uno de cada cinco estadounidenses no indicó ninguna preferencia religiosa, y el 27% de ellos respondió que no espera un funeral religioso al morir.

Sin embargo, parece que la cada vez más extendida ausencia de afiliación religiosa no exime de mantener ciertas creencias, según las respuestas de los encuestados.

En 2008, el 70% de éstos afirmó creer en un "dios personal", alrededor del 12% se definió como ateo o agnóstico, y el otro 12% se declaró deísta (es decir, que cree en un gran poder pero no en un dios personal).

Transformación de la geografía religiosa

La geografía religiosa de los Estados Unidos se ha transformado desde 1990 como consecuencia de los cambios religiosos y de la llegada de inmigración latina. Ambos elementos han cambiado profundamente el perfil religioso de algunos estados y regiones, señala la encuesta.

Por ejemplo, entre 1990 y 2008, el porcentaje de católicos en Nueva Inglaterra se redujo del 50% al 36%, mientras que en Nueva York descendió del 44% al 37%. En California, en cambio, aumentó en el mismo periodo el porcentaje de católicos del 29% al 37%, y en Texas del 23% al 32%.

A modo de conclusión, revisando el periodo entre 1990 y 2008, los cambios en la identificación religiosa durante la primera década del siglo XXI han sido moderados, si se comparan con los producidos en la década de 1990, que fue un periodo de cambios significativos en la composición religiosa de los Estados Unidos.

Integración religiosa en Europa y España

Los resultados de la encuesta ARIS 2008 vuelven a señalar la importancia de la inmigración en la estructuración religiosa de cualquier país. Análisis referidos a Europa, como el publicado por la revista Revista CIDOB d'Afers Internacionals en 2007 bajo el título Dimensiones del pluralismo religioso, señalan que durante las últimas cuatro décadas, la sociedad estadounidense y la europea occidental se han convertido en las principales destinatarias de los nuevos flujos migratorios globales.

Y una de las consecuencias más significativas de toda esta inmigración ha sido el espectacular crecimiento de la diversidad religiosa a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, Europa y Estados Unidos no se han adaptado igual a las nuevas religiones inmigrantes, afirma este estudio.

Así, mientras que en Estados Unidos éstas han contribuido a una mayor expansión del pluralismo religioso americano, ya de por sí muy dinámico, en Europa las religiones inmigrantes presentan un gran desafío, sobre todo, a las recientes tendencias europeas de secularización drástica.

En España, la integración religiosa también se va reflejando en algunos datos. El pasado mes de febrero, por ejemplo, el Ministerio del Interior publicaba los resultados de una encuesta llevada a cabo con musulmanes que viven en nuestro país.

En ella, sólo el 17% de los encuestados afirmó encontrarse con obstáculos en España para practicar su religión, frente al 80% que señaló no encontrar obstáculo alguno.
http://www.tendencias21.net/

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