martes, 2 de junio de 2009

Religión, Dios y Alma son ajenos al judaísmo

Los términos Religión, Dios y Alma son ajenos al judaísmo
Todos los aspectos de la vida son diversos grados de una única realidad que contiene todos los estados posibles, según esta creencia

Términos como "Religión", "Dios" y "Alma", a partir de los cuales surgen las discordancias entre los defensores de la "Religión" y los llamados "laicos", son conceptos extraños al judaísmo. Tales conceptos se basan en traducciones simplistas y erróneas que han dividido a los hombres y han creado confusión en nuestro mundo espiritual. El judaísmo proclama que todos los aspectos de la vida son diversos grados de una misma y única realidad, el Infinito/Ein - Sof. Esta realidad generada por el Creador contiene todos los estados posibles, y es ilimitada e indivisible. Por Rabino Haim David Zukerwar.


La revelación de la sabiduría

Los aspectos más profundos de la sabiduría judía siempre fueron expresados en un lenguaje alegórico, por lo cual es imprescindible haber sido iniciado en dichos códigos para comprender su real significado y objetivo. Por dicha razón, nos indicaron los sabios que no se traen relatos alegóricos (agadót y midrashím) como fuentes halájico-jurídicas ya que son herméticos para el no iniciado.

En la redacción del libro del Zóhar, Rabí Simón (siglo II) encomendó a Rabí Aba que él sea quien escriba las explicaciones más profundas de la sabiduría, dado que sabía como exponerlas en forma alegórica.

Relata el Zóhar que en cada detalle de sabiduría kabalística que revelaba, Rabí Shimón Bar Yojai expresaba: ¡Ay de mí! si revelo, y ¡ay de mí! si no revelo. Si no revelo se ha de perder la sabiduría, y si revelo, ¿sabrán como utilizarla?

El dilema no era simple, ya que de no revelarla, la sabiduría tampoco llegaría a los alumnos aptos, y revelándola, fracasarían en su aplicación aquellos que no estuviesen espiritualmente preparados. Es así que Rabí Shimón eligió emplear una forma particular de transmisión a través de Rabí Aba, quien era experto en la escritura alegórica; de modo tal que la sabiduría esté suficientemente revelada para los capaces de acceder a ella y oculta para los que aún no están preparados. Sin embargo, en el Zóhar se nos asegura que la sabiduría se revelará finalmente en su totalidad, y el alma pondrá fin a su exilio que es básicamente de carácter espiritual.

Nuestra época

En nuestra época, en la cual la información circula vertiginosamente influenciando a la opinión pública, textos y manuscritos antiguos son masivamente publicados. En la mayoría de los casos desprovistos del conocimiento de los códigos y objetivos por los cuales fueron escritos, llegando al público en traducciones e interpretaciones subjetivas. Esto da lugar a diversos malentendidos acerca de la índole, significado y propósito de los mismos, creando así una corriente de lectores aficionados a diversas formas del llamado «misticismo», «ocultismo», «esoterismo», etc. Esto ha contribuido a aumentar la confusión en lo que respecta a los objetivos del trabajo espiritual judío. Por eso los sabios insisten en que es fundamental aprender el lenguaje, la terminología y los objetivos de la Kabalá de un verdadero iniciado en esta sabiduría. De este modo evitamos interpretaciones fuera del contexto de la Torá, lo cual desemboca en sincretismos, pseudo-espiritualidad y mística.

Muchos de los términos que solemos emplear al referirnos a temas tales como judaísmo y espiritualidad nos han llegado a través de traducciones y poseen una carga de subjetividad en cuanto a su significado y objetivos. Esto ha afectado no sólo a quienes se acercan a la sabiduría de Israel a través de textos traducidos, sino que ha llegado más profundamente aún, deformando nuestra percepción de la espiritualidad. Ha surgido una tendencia a interpretar la sabiduría de Israel de acuerdo a parámetros ajenos a su propia tradición.

"Religión", "Dios" y "Alma"

Términos tan familiares como "Religión", "Dios" y "Alma", a partir de los cuales surgen las discordancias entre los defensores de la "Religión" y los llamados "laicos", son conceptos extraños al judaísmo. Tales conceptos se basan en traducciones simplistas y erróneas que han dividido a los hombres y han creado confusión en nuestro mundo espiritual.

El vocablo "Religión" proviene del latín re-ligare es decir: volver a ligar aquello que ha sido desconectado. Este concepto no aparece en los textos de la tradición hebrea, ni escrita ni oral, hasta la Edad Media. En este período los sabios judíos se vieron presionados a tomar parte en confrontaciones verbales a fin de demostrar la validez de la espiritualidad del pueblo de Israel.

A raíz de ello sabios tales como el Rabino, Médico y Poeta Yehudá Halevi (siglo X) en su libro "el Cuzarí" y Maimónides (siglo XIII), específicamente en su "Guía de los Perplejos", se vieron forzados a declarar que la Torá de Israel es también una "Religión". Para ello recurrieron al vocablo Dat, que significa norma e iniciación.

Grados de una misma realidad

El judaísmo consiste en la iniciación a los preceptos /mitzvót que depuran al ser humano y lo acercan gradualmente a su Esencia Infinita. Estas normas constituyen los principios a partir de las cuales conforma el Creador a Su Creación, y que codificadas son transmitidas a través de la Torá.

La palabra "Religión" no es adjudicable al judaísmo, puesto que confunde y lleva a interpretarlo en base a doctrinas ajenas. El concepto "religar" implica el acto de volver a ligar dos o más cosas separadas.

La Creación está permanentemente unida a su Creador, de lo contrario no tendría existencia. El dilema reside en la forma en que el hombre, síntesis de la Creación, se relaciona y percibe al Creador: con la conciencia de que EL y Su Creación son una Unidad, o seccionando la continuidad de la realidad y la vida.

El judaísmo proclama que todos los aspectos de la vida son diversos grados de una misma y única realidad, el Infinito/Ein - Sof. Esta realidad generada por el Creador contiene todos los estados posibles, y es ilimitada e indivisible.

"Dios"

La palabra "Dios" deriva del latín Deus, que a su vez proviene de Zeus - divinidad mitológica griega - hijo de Cronos, "Dios" del tiempo. Esto dificulta nuestra comprensión y deforma nuestro concepto de la realidad, ya que pretende definir la base y objetivo de la Torá de acuerdo a una lógica humana limitada por el espacio y el tiempo.

"Antes de la emanación de las emanaciones y la creación de los mundos, la Luz del Infinito llena toda la realidad" (libro "Etz Jaím" - El Arbol de las Vidas), siendo la Creación una proyección inferior de Su misma Luz.

En la Torá, los libros de los Profetas, Escritos, etc. encontramos diez nombres relacionados con los diez postulados y las diez sefirót, que designan diez formas generales en que el ser humano puede percibir la plenitud de la Luz Infinita expandida desde la Esencia misma del Creador.

Todos los nombres y denominaciones que la Torá emplea no se refieren a la Esencia del Creador, ya que SU Esencia se encuentra por encima de todo nombre y denominación posible. Los nombres que la Torá menciona para referirse al Creador nos indican la percepción que el hombre tiene de la plenitud de la Luz que se expande de SU Esencia denominada en el lenguaje de la Kabalá, Atzmút.

"Alma"

La confusión y falta de rigurosidad continúan cuando llegamos al concepto "Alma". Aquí generalmente se multiplican las definiciones, quedando finalmente el concepto pendiente en una aureola "espiritual" y "mística" sin contenido, objetivo ni dirección. Es decir, que cuando se habla de "Alma" o espíritu se trata generalmente, como en los casos de "Religión" y "Dios", de traducciones inexactas de las nociones hebreas originales.

La conciencia de la Luz proyectada desde el Infinito dentro del espacio de la Creación adquiere diversas gradaciones a medida que desciende y se aleja de su origen y fuente. Para ello la tradición de la Kabalá posee una nomenclatura vasta y precisa, la cual nos indica los diferentes grados y formas en que el "Alma" se manifiesta. El estudio de esa nomenclatura, tanto en su forma teórica como práctica es la base del estudio de la sabiduría de la Kabalá.

Nacido en Montevideo, Uruguay, el Rabino Haim David Zukerwar reside actualmente en Jerusalén desde donde realiza una actividad divulgadora de la espiritualidad judía. Es director de “The Jewish World Explorium” en Jerusalén. También ha organizado y dirige otros centros para la transmisión de la Sabiduría Judía, como “Milui” (1990) y Halel TV (1994) en Jerusalén.

El Rabino Zukerwar es además compositor musico, así como también reconocido estudioso y conferenciante sobre la Sabiduría Espiritual Judía, la kabalá, en diversas universidades de Israel y de todo el mundo.

En Jerusalén ha profundizado sus conocimientos en el Midrash Sefardí y en el Centro rabínico Kol Iehuda Tzvi, conociendo allí a el Rabino Mordejai Shainberguer Shlita, uno de los mejores especialistas en el Zóhar y en los escritos del egregio kabalista de Safed, Itzjak Luria Ashkenazi.

Es autor de varios libros publicados en Israel, España y Brasil y ha escrito cientos de artículos. Sus libros principales son: "La Esencia, el Infinito y el Alma" y "La percepción judía de la realidad". Visita con frecuencia España donde ha pronunciado también numerosas conferencias.

Es invitado periódicamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel para dictar conferencias sobre la espiritualidad judía a grupos selectos de académicos invitados por el Gobierno de Israel. Es autor también de música sinfónica y de cámara que ha sido premiada e interpretada en Europa, USA, Japón y Latinoamérica.

El Rabino Haim Zukerwar está en contacto con la Cátedra CTR y en esta colaboración nos introduce en algunos principios básicos de la Sabiduría Judía.

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