jueves, 17 de septiembre de 2009

¿FUE REALMENTE DIOS MANIFESTADO EN CARNE?

1 Timoteo 3:16

Este versículo es traducido así en algunas Biblias. La traducción correcta es "El quien se manifestó en carne." Miremos al versículo entero.

"Quien fue manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria."

Cada comentario que yo he leído está de acuerdo en que aquí se está hablando de Jesús y no de Dios. Jesús fue proclamado a los gentiles. Jesús fue creído en el mundo. Jesús fue recibido en gloria, no fue Dios. Las Biblias que han interpretado este versículo con "Dios" en vez de "Quien" han usados manuscritos corruptos. La Biblia Interlineal Griega e Inglesa de Zondervan lo traduce como "Quien." La Nueva Biblia Americana que es católica lo traduce como "Quien." Entonces, ¿De dónde salen esos manuscritos corruptos?

La Nueva Biblia Americana tiene una excelente nota al pie en este versículo:

1 Timoteo 3:16: "Mucho después (a partir del octavo o noveno siglo), predominantemente los manuscritos Bizantinos leen "Dios" posiblemente por razones teológicas."

Las interpretaciones corruptas existen porque las personas quieren probar la trinidad a todo costo. Si fuéramos a creer que "dios" era la interpretación correcta, entonces como explicaríamos 1 Timoteo 2:5:

"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre."

El escritor de Timoteo no cree que Jesús sea Dios.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

EL DIOS FUERTE DE ISAÍAS 9:6

Reflexiones acerca del Mesías en Isaías 9:6
Antes que nada, veamos dos traducciones para este versículo, para que les resulte conocido a los que no estén familiarizados con dicho verso:

«Por cuanto nos ha nacido un niño. Se nos ha dado un hijo, sobre cuyo hombro estará el mando. Y su nombre es Pele Ioetz EL Guibor Avi Ad Sar Shalom (Maravilloso) Consejero es Dios Todopoderoso, Padre Eterno, Príncipe de la paz» – Isaías 9:6 (Is. 9:5 – La Biblia Hebreo-Español por Moisés Kaatznelson).

«Porque un niño nos es nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Is. 9:6 – R.V. 1960)


«Reflexión 1»
Este pasaje que habla del futuro niño que gobernaría en Israel ha sido muy mal interpretado precisamente porque los intérpretes no se han atenido más que a la traducción tradicional; la Reina-Valera en español, la King James en inglés, etc. Pero, no me cabe duda de que ese verso se puede traducir más apropiadamente de otra manera.
La frase más controvertida es, en hebreo, «El Guibór» que muchos han traducido como «Dios Fuerte». Pero fíjense cómo la traducen, por ejemplo, las siguientes versiones católicas:

Nueva Biblia Española: «y se llama Milagro de Consejero, Guerrero Divino, Jefe Perpetuo, Príncipe de la Paz»

Biblia Latinoamérica: «Y de él dirán: Este es el Consejero Admirable, El Héroe Divino, el Padre que no muere, el Príncipe de la Paz»

La traducción del término hebreo «El Guibór» como «Jefe Perpétuo» o como «Héroe Divino» es totalmente correcta, y es más apropiada (además de adecuada) a la misión del Mesías-Rey. Un rey no es un dios. Por más que los antiguos pueblos consideraran dioses a sus reyes, en Israel nunca fue así. La palabra «EL» no sólo significa «Dios» sino que también tiene entre sus acepciones las de «Poderoso», «Divino», «Héroe» o «Jefe», como muy bien lo indican las anteriores traducciones católico-cristianas.
Y nótese cómo lo traduce la siguiente versión protestante:

Revised English Bible: «And his title will be: Wonderful Counselor, Mighty Hero*, Eternal Father, Prince of Peace» [* Héroe Poderoso]

De nuevo, una versión cristiana traduce la palabra hebrea «El» como «Poderoso» y la palabra «Guibór» como «Héroe». Esta es la misma palabra que se le aplica a Nimrod, y se traduce como héroe, o poderoso, en otros pasajes de muchas versiones cristianas.
Además, nótese cómo lo vierten traducciones judías:

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Jewish Publication Society Bible: «And his name is called Pele-joez-el-guibor-Abi-ad-sar-shalom» (Nota al margen: «That is: Wonderful in counsel is God the Mighty, the everlasting Father, the Ruler of peace»; igual que en la versión judía Jerusalem Bible Tanakh.)

En estas dos versiones el nombre hebreo del niño se deja sin traducir porque se considera toda la frase como un nombre propio, y los nombres no se traducen. Y en la traducción al margen aplican «God the Mighty» (Dios el Poderoso) al Padre, no al niño por nacer.

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Tanakh (de la Jewish Publication Society): «The Mighty God is planning grace; the eternal Father, a peaceful ruler» (Nota al margen: «Como en 25:1». También esta versión aplica el título God al Padre; indicando, en otras palabras, que el nombre del niño significaría: «El Dios Poderoso está planeando gracia; el Padre eterno [está planeando] un gobernante pacífico». Una traducción curiosa, interesante, y muy significativa).

Y finalmente, nótese cómo nos lo muestra la Septuaginta. [la primera traducción (al griego) de la Biblia]

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Septuaginta: «Kaí kaléitai to ónoma autoú, Megáles Boulés ánguelos» (Traducción de Sir Lancelot C. L. Brenton: «And his name is called the Messenger of great counsel» [«Y su nombre se llama el Mensajero del gran consejo»] – Nota al margen: Alexandrian says: «Wonderful, Counselor, Mighty One, Potentate, Prince of Peace»)

Es muy interesante observar como la Septuaginta, traducida de manuscritos hebreos muchísimos más antiguos que el Texto Masorético, contiene una frase más corta que el texto hebreo masorético. Si esta versión (que representa un original más antiguo) es correcta, todo el debate acerca de este verso es superfluo, pues lo demás habría sido añadido más tarde.
Por otra parte, la nota al margen indica que la versión Alejandrina (griega también) vierte el título «El» simplemente como «Mighty One» (Poderoso) y «guibór» como «Potentado».
De manera que, a la luz de todas estas traducciones y variantes, no es justo tomar solamente la traducción que hizo el monje Casiodoro de Reina (para apoyarse solamente en ella) y decir que ese pasaje indica que el Mesías es el Dios Todopoderoso. Simplemente, porque esa no es la Verdad.

«Reflexión 2»
El Diccionario Hebreo de Strong define la palabra «Fuerte» (Guibór) así:

Gibbor – guerrero, tirano: – campeón, jefe, gigante, hombre, fuerte (hombre, uno), hombre valiente. (Como usted podrá apreciar, Fuerte es el octavo significado de esta palabra)

El Léxico de Brown-Driver en Hebreo e Inglés nos dice:

Isaías 9:5 – ref. Mesías, atributo de Dios especialmente como luchando por su pueblo. (Aquí no se hace mención de la palabra Fuerte)

Es decir que, según estas fuentes, Guibór como se usa en Isaías 9:5 significa un rey guerrero con los atributos de Hashem . Y esto es exactamente lo que es el Mesías. De esta forma, sí concuerda con el resto del capítulo de Isaías, que nos dice cómo el Mesías reinará en el trono de David. Isaías nunca enseñó al pueblo que el Mesías era Hashem. Más adelante Isaías nos dice cómo el Espíritu del Eterno reposará sobre él Mesías (Espíritu de temor del Eterno). Pero entonces ¿Cómo puede el Espíritu de temor del Eterno reposar sobre el Eterno?
Isaías 9:5 significa lo mismo que está escrito en Apocalipsis 19:11: «Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.»
Compárelo con otras Biblias y verá la diferencia de traducciones:

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La Nueva Biblia Inglesa: «En batalla, semejante-a-Dios»

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La Nueva Biblia Americana (católica): «Dios-Héroe» Y tiene las siguientes Notas:

1.
Prodigio- consejero: admirable por su sabiduría y prudencia.
2.
Dios-Héroe: un guerrero y defensor de su pueblo, como Dios mismo.
3.
Padre-Eterno: siempre dedicado a su pueblo.
4.
Príncipe de Paz: su reino se caracterizará por la paz.

Así vemos que esta explicación está en completo acuerdo con la traducción judía de Moisés Katznelson. Cuando en hebreo se dice: «Pele Ioetz EL Guibor Avi Ad Sar Shalom», se están refiriendo a los atributos de Hashem que tendrá el Mesías… o ¿Usted piensa que Hashem nació en algún momento?
Sigamos… Padre por Siempre o Padre Eterno hace referencia al Reinado del Mashíaj, por eso después dice «Príncipe de Paz»; porque para la mentalidad hebrea, los reyes son considerados padres de su pueblo.
Lea lo que el mismo autor dice en Isaías 22:20-21: «Y ocurrirá en aquel día que llamaré a Mi Siervo Eliaquim hijo de Jilkiyahu (Helcías). Y le arroparé con tu manto, y le sujetaré con tu cinturón. Y confiaré tu autoridad en su mano. Y será un Padre para los moradores de Jerusalén, y para la casa de Judá». Como ve usted, ¡Eliaquim no es Hashem! Lo mismo sucede en Isaías 9:6 (9:5).
El título “Padre” de por sí no indica divinidad. En 2 Reyes 2:12, Eliseo le dice a Eliah: «Padre mío, padre mío…» y en 2 Reyes 13:14, Yoásh el rey de Israel le dijo a Eliseo: «Padre mío, padre mío…»
Pero ni Eliah era padre de Eliseo, ni Eliseo era padre de Yoásh. Esto nos enseña que el título «Padre» se usaba antiguamente para referirse a los profetas, como lo usan los católicos hoy día para referirse a los sacerdotes. Este título no indicaba divinidad antiguamente, sino que era un título honorífico; y es en este sentido, en el que se dice del Mesías que es «Padre eterno», porque es nuestro Profeta para siempre.
Además, a Abraham se le llamaba «nuestro Padre» en el judaísmo antiguo (Mat. 3:9; Luc. 16:24, 27, 30) y hasta el día de hoy se le llama así: Avraham avínu (Abraham nuestro padre). Esto es, de nuevo, un título honorífico que no necesariamente indica divinidad. Por ello, no se puede tomar el significado de un nombre o título para decir que esa persona es Hashem .
Por último, le invito a que observe los siguientes nombres hebreos y sus significados:

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Yeshayahu (Isaías) – Yah salva
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Yahoshúa (Josué) – Yah salva
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Hoshea (Oseas) – Salvación
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Yirmeyáhu (Jeremías) – Yah levantará
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Elí – Hashem mío
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Yejezkel (Ezequiel) – Hashem fortalecerá
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Daniyel (Daniel) – Hashem es mi juez.
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Eliyáh (Elías) – Mi Hashem es Yah
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Yoel (Joel) – Yah es Hashem
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Mikhá [de Mikhayáh] (Miqueas) – ¿Quién es como Hashem ?
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Zejaryáh (Zacarías) – Memoria de Yah
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Malají (Malaquías)– Mi mensajero

Ninguna de estas personas era Hashem ni la 1ª, 2ª o 3ª parte (persona) de HaSHEM.
De manera que concluimos que el pasaje de Yeshayáh (Isaías) 9:6 no se puede utilizar legítimamente para demostrar que el Mesías sea el mismo Todopoderoso Padre. El apóstol Yojanán (Juan) nos dice que el Padre fue quien envió a su Hijo como Redentor de Israel. El Hijo, por más que comparta cualidades con su Padre, no es el Padre.

martes, 15 de septiembre de 2009

El arrianismo y adopcionismo

Al 2009 solo ha llegado una teología cristiana, pero al principio de la creación del cristianismo había tantos caminos cristianos como religiones cristinas hay hoy en dia, pero estas corriente no llegaron a su fin por que tuvieran poco apoyo de los cristianos al contrario tenían muchos seguidores como cataros, gnsosis, arrianistas, entre otro, pero debido a persecuciones e inquisiciones solo sobrevivió la doctrina del vaticano no por la razón o compresión si no por la imposición

Se les suele llamar heregias por los dogmaticos cristianos que siguen la teologia del concilio de nicea, pero no creo que sean heregias mas bien son otra forma de pensar y de rasionamiento.

El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas desarrolladas por Arrio, sacerdote de Alejandría, probablemente de origen libio, quien consideraba que Jesús de Nazaret no era Dios o parte de Dios, sino una creación de Dios. Una vez que la Iglesia tuvo aceptado como dogma la proposición opuesta, el arrianismo fue condenado como una herejía. El término, más allá de designar las doctrinas de Arrio, se utiliza para denominar aquellas doctrinas que expresen negación de la esencialidad crística (como Cristo) de Jesús, a la condición de profeta extraordinario.

El arrianismo debe su nombre al obispo Arrio (256-336), quién se formó en Antioquía, fue sacerdote de Alejandría y después obispo libio, y desde aproximadamente el 318 difundió la creencia de que no hay tres personas en Dios, sino una sola persona, el Padre.

Afirmaba que Jesucristo no era Divino, sino alguien que fue creado por Dios para apoyarlo en su Plan.

Al ser creado por Dios, hubo un tiempo en el que no existía, deduciéndose de esto que el Verbo no es eterno, o sea no es Divino.

En poco tiempo, con estas ideas, consigue formar un gran grupo de seguidores en Alejandría.

La ortodoxia reveló siempre que Cristo era Dios encarnado en un hombre, no era un hombre influido ni creado por Dios, era Dios, y jamás retrocedió de esta afirmación.

Sin embargo, al ser esto considerado como un misterio, es comprensible que no fuera aceptado por muchísima gente que, como los seguidores de Arrio, se inclinaban por pensamientos más racionales, por lo tanto más inteligibles.

En 320 Alejandro, obispo de Alejandría, convoca un sínodo de mas de cien obispos de Egipto y Libia que excomulga a Arrio por sus ideas heréticas.

El arrianismo, sin embargo, se extiende por todo el oriente rápidamente, sobre todo en las grandes masas de gente humilde, campesinos, siervos y soldados.

En 325 Constantino convoca el concilio de Nicea, que condena al arrianismo a instancias del diácono de Alejandría y jefe del partido antiarriano, San Atanasio, que consigue crear una definición de la fe ortodoxa:

"Creemos en un solo Dios Padre omnipotente... y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre..."

Arrio fue condenado al destierro, al igual que Eusebio de Nicomedia y otros muchos partidarios.

A pesar de las duras conclusiones del concilio de Nicea, Constantino, al que probablemente le preocupara más el apoyo que podía lograr del cristianismo que la doctrina en sí, fue convencido por su entorno para perdonar a Eusebio, y poco a poco a todos los demás, incluso Arrio, pero este muere en 336 antes de poder regresar.

A la muerte de Constantino, su hijo Constancio (337-361) apoyó al arrianismo, que terminó introduciéndose en casi todo el ejército y en los numerosos bárbaros que vivían en el Imperio y que lo llevarían luego a occidente.

En un concilio celebrado en Antioquía en 341, Eusebio de Nicomedia logró hacer aceptar varias fórmulas de la doctrina arriana sobre la naturaleza de Cristo pero tuvo tal oposición que los emperadores, Constancio en oriente y Constante en occidente llamaron a un concilio en Sárdica (Sofía) que eliminó todas las herejías del concilio de Antioquía y depuso a varios obispos arrianos, reponiendo a muchos ortodoxos, entre ellos Atanasio, anteriormente proscrito.


A la muerte de Constancio en 361, el arrianismo se quedó sin su protector, y poco a poco fue prohibido en todo el Imperio, bajo la guerra declarada de los Padres de la Iglesia, los capadocios San Basilio y San Gregorio Nacianceno.

La muerte oficial del arrianismo se produjo en el Concilio de Constantinopla de 381, aunque siguió vivo por muchísimos años pero con muy pocos seguidores.

El arrianismo tomó su nombre de Arrio (256-336) sacerdote de Alejandría y después obispo libio, quien desde el 318 propagó la idea de que no hay tres personas en Dios sino una sola persona, el Padre. Jesucristo no era Dios, sino que había sido creado por Dios de la nada como punto de apoyo para su Plan. El Hijo es, por lo tanto, criatura y el ser del Hijo tiene un principio; ha habido, por lo tanto, un tiempo en que él no existía. Al sostener esta teoría, negaba la eternidad del Verbo, lo cual equivale a negar su divinidad. A Jesús se le puede llamar Dios, pero solo como una extensión del lenguaje, por su relación íntima con Dios.

Admitía la existencia del Dios único, eterno e incomunicable; el Verbo, Cristo, no divino sino pura creatura, aunque más excelsa que todas las otras y escogido como intermediario en la creación y la redención del mundo. Aunque Arrio se ocupó principalmente de despojar de la divinidad a Jesucristo, hizo lo mismo con el Espíritu Santo, que igualmente lo percibía como creatura, e incluso inferior al Verbo.

Arrio, tras formarse en Antioquía, difunde sus ideas en Alejandría, dónde en el 320, Alejandro, obispo de Alejandría, convoca un sínodo que reúne más de cien obispos de Egipto y Libia, y en el se excomulga a Arrio y a sus partidarios, ya numerosos. No obstante, la herejía continúa expandiéndose, llegando a desarrollarse una crisis de tan grandes proporciones, que el Emperador Constantino el Grande se vio forzado a intervenir para encontrar una solución. Fue el Concilio de Nicea, el 20 de mayo del 325 D.C., donde el partido anti-arriano bajo la guía de San Atanasio, diácono de Alejandría, logró una definición ortodoxa de la fe y el uso del término homoousion (consustancial, de la misma naturaleza) para describir la naturaleza de Cristo:

««Creemos en un solo Dios Padre omnipotente... y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre...»» (Manual de Doctrina Católica Denzinger - Dz 54).

Fueron condenados los escritos de Arrio y tanto él como sus seguidores desterrados, entre ellos Eusebio de Nicomedia. Aunque no era arriano, Constantino gradualmente relajó su posición anti-arriana bajo la influencia de su hermana, quien tendía simpatías arrianas. A Eusebio y a otros se les permitió regresar y pronto comenzaron a trabajar para destruir lo hecho en el Concilio de Nicea. Por los manejos de Eusebio de Nicomedia, Constantino intento traer a Arrio de regreso a Constantinopla (334-335) y rehabilitarlo, pero murió antes de que llegara. Aprovechando la nueva situación, el partido arriano fue ganando terreno y logró el exilio de San Atanasio, quien ya era obispo de Alejandría, y de Eustaquio de Antioquía. Avanzaron aún más durante el reinado del sucesor de Constantino en Oriente, Constancio II (337-361), quien dio un apoyo abierto al arrianismo.

En el año 341 se celebró un Concilio en Antioquía, el cual no fue reconocido como concilio ecuménico y fue encabezado por Eusebio de Nicomedia. Este Concilio aceptó varias afirmaciones heréticas sobre la naturaleza de Cristo. La oposición fue tal en Occidente, que Constancio II, emperador de Oriente, y Constante, de Occidente, convinieron en convocar un Concilio en Sárdica en el 343, donde se logró el regreso de Atanasio y su restauración como obispo de Alejandría, así como la deposición de sus sedes de muchos obispos arrianos.

Tras la muerte de Constante y el advenimiento de Constancio como único emperador en el año 350, los arrianos recuperaron mucho de su poder, generándose persecuciones anticatólicas en el Imperio. Durante este período se dio el momento de mayor poder y expansión de la herejía arriana con la unificación de los diversos partidos en el interior del arrianismo en el año 359 y su máximo triunfo doctrinal en los concilios de Seleucia y Arimino.

Cuando parecía humanamente que la fe católica se perdía, las cosas se volvieron en contra del arrianismo. Constancio murió en el año 361, dejando al arrianismo sin su gran protector. Más adelante los semiarrianos, escandalizados por la doctrina de sus copartidarios más radicales, empezaron a considerar la posibilidad de algún arreglo.

Bajo el gobierno del emperador Valentiniano (364-375), el cristianismo ortodoxo fue restablecido en Oriente y Occidente, y la ejemplar acción de los Padres Capadocios (San Basilio y San Gregorio Nacianceno) condujo a la derrota final del arrianismo en el Concilio de Constantinopla en el año 381.

La herejía no moriría aun por siglos y crecería en algunas tribus germánicas que habían sido evangelizadas por predicadores arrianos, las cuales la traerían de nuevo al Imperio en el siglo V con la invasión de Occidente. Aunque todavía se encuentran grupos de cristianos-arrianos en el Oriente Medio y el Norte de África, el arrianismo profesado como tal desapareció hacia el siglo VI.


Los semiarrianos, también llamados homousianos, ocupan un lugar intermedio entre los arrianos radicales o anomeos que predicaban una clara diferenciación entre el Padre y el Hijo, y la fe ortodoxa del Concilio de Nicea. Ellos asumen el término homoiousios, pero en el sentido de similitud y no de consustancialidad. Resaltan, pues, simultáneamente similitudes y diferencias entre el Padre y el Logos.

Proponiendo un solo dios omnipotente y supremo -un dios que no se encarnó y que no sufrió humillación y muerte a manos de su creación-, lo que hizo Arrio fue colocar el cristianismo en un marco esencialmente judaico. Y es muy posible que, residiendo en Alejandría, acusara la influencia de las enseñanzas judías: las enseñanzas de los ebionitas, por ejemplo. Al mismo tiempo, el Dios supremo del arrianismo gozó de gran fuerza de atracción en Occidente. Al adquirir el cristianismo un creciente poder secular, un dios como el que proponía Arrio empezó a resultar cada vez más atractivo. A reyes y potentados identificarse con semejante dios les resultaba más fácil que identificarse con una deidad humilde y pasiva que se sometió al martirio sin ofrecer resistencia y que rehuía el contacto con el mundo.

Aunque el arrianismo fue condenado en el concilio de Nicea de 325, Constantino había demostrado siempre simpatía por él y la demostró aún más en los últimos años de su vida. Al morir él, su hijo y sucesor, Constancio, abrazó abiertamente el arrianismo; y bajo sus auspicios se convocaron concilios que empujaron a los líderes de la ortodoxia eclesiástica al exilio. En 360 el arrianismo ya había desplazado prácticamente al cristianismo de Roma. Y, aunque volvió a ser condenado oficialmente en 381, continuó prosperando y conquistando adeptos. Cuando los merovingios subieron al poder en el siglo V, virtualmente todos los obispados de la cristiandad eran arrianos o estaban vacantes.

Entre los devotos más fervorosos del arrianismo estaban los godos, que se habían convertido a dicha herejía, tras abandonar el paganismo, en el siglo IV. Los suevos, los lombardos, los alanos, los vándalos, los burgundos y los ostrogodos eran sin excepción arrianos. También lo eran los visigodos, que, cuando saquearon Roma en 480, respetaron las iglesias cristianas. Suponiendo que los primeros merovingios, con anterioridad a Clodoveo, fueron receptivos al cristianismo, éste sería el cristianismo arriano de sus vecinos inmediatos, los visigodos y los burgundos.

Bajo los auspicios de los visigodos, el arrianismo pasó a ser la forma de cristianismo predominante en España, los Pirineos y lo que en la actualidad es el sur de Francia. Si es cierto que la familia de Jesús halló refugio en la Galia, en el siglo V sus señores ya eran los visigodos arrianos. No es probable que la familia padeciese persecución bajo el régimen. Probablemente gozaría de gran estima y es posible que se aliara matrimonialmente con la nobleza visigoda antes de hacer lo mismo con los francos y producir los merovingios. Y con el patronazgo y la protección de los visigodos, estaría a salvo de todas las amenazas procedentes de Roma.

Se dice que la Iglesia de Roma declaró que el hijo de Dagoberto se había convertido al arrianismo y no sería extraordinario que así lo hiciera. A pesar del pacto entre la Iglesia y Clodoveo, los merovingios siempre habían simpatizado con el arrianismo. Uno de los nietos de Clodoveo, Chilperico, no hacía ningún secreto de sus inclinaciones arrianas.

Si el arrianismo no era perjudicial para el judaísmo, tampoco lo era para el islamismo, que subió con la misma velocidad meteórica en el siglo VII. La visión que tenía el arrianismo de Jesús concordaba del todo con la que tenía el Corán. En el libro santo de los musulmanes el nombre de Jesús aparece mencionado no menos de treinta y cinco veces, bajo cierto número de títulos impresionantes: "Mensajero de Dios" y "Mesías" entre otros. Sin embargo, en ningún momento se le considera como otra cosa que un profeta mortal, precursor de Mahoma y precursor de un dios único y supremo. Y, al igual que Basílides y Mani, el Corán dice que Jesús no murió en la cruz, "no lo mataron, ni le crucificaron, sino que creyeron hacerlo". El Corán mismo no se extiende en explicaciones sobre esta afirmación ambigua, pero sí lo hacen los comentaristas islámicos. Según la mayoría de ellos, había un sustituto, que generalmente, aunque no siempre, se supone que era Simón de Cirene. Ciertos autores musulmanes dicen que Jesús se escondió en un nicho de un pared y que desde allí contempló la crucifixión de un sustituto, lo cual concuerda con el fragmento hallado en los papiros de Naj'Hammadi.

Arrio

Sacerdote cristiano de Alejandría, probablemente de origen libio, cuyas doctrinas dieron origen al arrianismo (?, h. 256 - ?, 336). Su doctrina, considerada herética por la Iglesia, negaba la divinidad de Jesucristo, pues Dios Padre existía antes que él y le había creado de la nada. Arrio, ordenado presbítero en el año 311, elaboró esa doctrina a partir de la de Pablo de Samosata, obispo de Antioquía. Su predicación le condujo a ser excomulgado por el patriarca Alejandro en el 319.

Sin embargo, el aumento de sus seguidores llevó al emperador Constantino a convocar un concilio ecuménico en Nicea (325), que, bajo la influencia de san Anastasio (nuevo patriarca de Alejandría), proclamó el dogma católico de la consustancialidad del Padre y el Hijo en un único Dios. Constantino envió a Arrio al exilio, autorizándole a regresar tres años más tarde, quizá por influencia de algunos personajes arrianos de la corte. A partir de entonces, el arrianismo gozó de cierta protección oficial, permitiéndose incluso deponer a san Anastasio del Patriarcado de Alejandría y enviarle al exilio, al tiempo que se iniciaba la persecución de los defensores de la doctrina de Nicea (335).

La muerte de Arrio al año siguiente no detuvo la expansión de su doctrina: un nuevo emperador de Oriente, Constancio II (337-61), se declaró abiertamente arriano, mientras que su hermano Constante, emperador de Occidente, defendía el catolicismo; la muerte de Constante en el 350 dejó a Constancio como emperador único, decidido a impulsar el arrianismo y perseguir la fe católica (Sínodo de Sirmium, 351; Concilio de Arlès, 353; Concilio de Milán, 355).

La herejía arriana comenzó entonces a disgregarse en varias tendencias con diferentes doctrinas cristológicas más o menos radicales. Su influencia empezó a declinar con la labor de san Anastasio y de san Ambrosio, obispo de Milán; y se extinguió con el acceso al Trono imperial de Teodosio (379), el cual dio un edicto en el que calificaba a los arrianos de herejes y de «insensatos extravagantes» (380).

Finalmente, el arrianismo fue condenado por el Concilio de Constantinopla de 381, que prácticamente lo eliminó dentro del Imperio; siguió siendo importante entre los pueblos germánicos que invadieron el Imperio y que, progresivamente, irían abandonando el arrianismo para pasarse a la fe católica y obtener así el apoyo de la Iglesia: ostrogodos, visigodos, vándalos, burgundios y lombardos fueron arrianos en algún momento, estos últimos hasta el siglo vii.


El arrianismo hoy en día

A pesar de que el Arrianismo como tal haya desaparecido, se considera continuadores de ciertos aspectos del arrianismo a varias comunidades religiosas:

La cristología de los Testigos de Jehová guarda algunas similitudes con el arrianismo, en el sentido que ambas consideran a Jesús como el Hijo unigénito del Dios Padre, y no como Dios mismo y parte de la Trinidad.

Los socinianos, una denominación nacida luego de la Reforma Protestante en Polonia, y los unitarios, que se desarrollaron en Transilvania y Hungría, y posteriormente en el Reino Unido, América del Norte y otras regiones, no creen en el aspecto divino de Jesús, por lo que en alguna medida pueden ser considerados herederos del arrianismo.

Teologías actuales surgidas en la iglesia católica son acusadas de reproducir esquemas arrianos, con una presentación no cristológica de Jesús. Acusaciones recientes al teólogo José Antonio Pagola por lo expuesto en su libro "Jesús, aproximación histórica" (PPC, 2007) por parte del obispo de Tarazona, Demetrio Fernandez, dan idea de que la herejía sigue en la mente de la Iglesia. Por lo general, se cree que determinadas nuevas eclesiologías combinan la teología liberacionista con el nuevo arrianismo científico, surgido de determinadas corrientes historicistas en la investigación bíblica. Pero no hay una voz oficial ni única sobre este tema: el diálogo, pues, sigue abierto

El arrianismo en el saber popular

Se ha usado Arriano durante la historia para tildar desde el mundo Católico a cualquier cismático con la autoridad de la Iglesia con respecto a la cuestión de la unidad de Dios y la Trinidad. Por ejemplo, durante siglos, el mundo cristiano tendió a ver al Islam como una forma de arrianismo. Se ha avanzado la hipótesis de que la permanencia de arrianos tanto en Oriente Medio como en África del Norte y en Hispania habría facilitado la expansión musulmana en estas regiones durante el siglo VIII, aunque es una cuestión aún muy debatida.

Aunque no exista una iglesia arriana desde que Recaredo y con él todos los Visigodos se convirtiesen a la fe Católica en el III Concilio de Toledo, la disputa que hubo entre arrianos y católicos ha llegado hasta nuestros días en el saber popular. La expresión española armarse la de Dios es Cristo, indicando que va a haber un problema muy grande, hace referencia a las disputas tanto en el plano teológico como en el político y militar que hubo entre Arrianos y Católicos entre los siglos V y VII


El adopcionismo es la doctrina según la cual Jesús era un ser humano, elevado a categoría divina por designio de Dios por su adopción, o bien al ser concebido, o en algún momento a lo largo de su vida, o tras su muerte.

Cristo era solamente un hombre, al que Dios adoptó como hijo en el momento de su bautismo y al que confirió una potencia divina para que pudiera llevar a cabo su misión en el mundo. Excomulgado por el Papa Víctor hacia el año 190, Teodoto fundó una secta, la cual tuvo, a mediados del siglo III, su último representante en Artemón o Artemo que enseñaba en Roma.

Una variante del adopcionismo de Teodoto de Bizancio es la de de Pablo de Samosata, que fue obispo de Antioquía, entre el 260 y el 268; éste, para conservar la unidad divina, sostenía que Jesús no era Dios sino un hombre como los demás, pero con la diferencia de que, a él, el Verbo se le había comunicado de una manera especial, inhabitando en él.

Un matiz muy distinto tiene el adopcionismo del español Elipando de Toledo y Félix de Urgel (siglo VIII), los cuales admitían la Trinidad y enseñaban una doble adopción de Cristo: una divina y otra humana; como hombre, Cristo era solamente hijo adoptivo de Dios, pero como Dios era verdadero Hijo de Dios.

Adopcionismo
De Enciclopedia de Oviedo, la enciclopedia libre.

Doctrina teológica que afirma que Jesucristo, dada su naturaleza mortal, no pudo ser inicialmente hijo de Dios. Por lo tanto, su carácter de persona divina hubo de ser adoptado posteriormente para realizar su misión divina, pues en tanto hombre Cristo carecía de naturaleza divina y por lo tanto no era Dios. Inspirada en la herejía del nestorianismo, que afirmaba la doble naturaleza de Cristo, la herejía del adopcionismo suponía la negación de la Trinidad cristiana y en consecuencia también la doctrina del apocalipsis o segunda venida de Cristo, garantizada por la Iglesia católica según sus propios dogmas.

Se supone que fue iniciada por Teodoto de Bizancio. Excomulgado por el Papa Víctor hacia el año 190, fundó una secta que se extinguió a mediados del siglo III con la muerte de Artemón en Roma. Una variante del adopcionismo fue la de Pablo de Samosata, obispo de Antioquía, que defendió entre el 260 y el 268 que Jesús era un hombre como los demás al que se le había comunicado el Verbo, que inhabitaba en él.

Ya en el siglo VI apareció esta herejía en Hispania junto al arrianismo, supuestamente extirpado a raíz de la conversión de Recaredo. La herejía se animó con la invasión musulmana en el año 711, especialmente en el sur peninsular. Los principales defensores de la doctrina adopcionista en territorio peninsular fueron los Arzobispos Elipando de Toledo y Félix de Urgel, representantes de la iglesia visigoda que fueron tolerados por los musulmanes a causa de su doctrina herética, en realidad situada a un paso de la que defendían los seguidores de Mahoma: si Cristo era un hombre mortal, entonces podía asimilársele fácilmente a la condición de profeta que le reserva el Corán.

Debido a la extensión de la herejía adopcionista, tanto el Papa como los Reyes de Oviedo, cada uno por cuenta propia, intervinieron para condenar esa herejía y fundar una nueva iglesia cristiana en la Península Ibérica. Ya en el año 785 Beato de Liébana y su discípulo Eterio criticaron con dureza el adopcionismo, por mediación de Adosinda. Le remitieron una carta apologética a Elipando para que renegara de sus errores. Por parte del papado, Carlomagno reunió un concilio en Frankfurt en el año 794, que condenó el nuevo error, con Alcuino a la cabeza. Nuevos concilios en Frinli (797) y Ratisbona (798) confirmaron la condena, aunque más centrada en Félix de Urgel, quien se encontraba entonces dentro de los confines de la denominada Marca Hispánica, extensión de la Península Ibérica que había sido conquistada por Carlomagno. De hecho, El Papa León III formó otro concilio en Roma en el año 799 para anatemizar a Félix, quien concurrió a Aquisgrán ese mismo año, abjurando de sus errores y falleciendo al año siguiente en Lyon, aunque parece que su retractación no fue sincera.

La herejía se mantuvo entre los mozárabes durante muchos siglos, dada la dominación musulmana, y ya en los primeros años de avance cristiano, en tiempos de Alfonso I, se detecta la ausencia de imágenes en las expresiones religiosas y en los templos de los mozárabes que emigraron hasta Oviedo, como es el caso de la Cruz de los Ángeles.

Precedentes del adopcionismo cristiano

Había al menos dos concepciones más o menos similares (no necesariamente excluyentes la una de la otra) de las cuales puede emanar esta idea:

* En el pensamiento judío, el mesías es un ser humano elegido por Dios para llevar a cabo su obra espectacular: tomar a los hebreos (un pueblo hasta entonces derrotado una y mil veces por enemigos demasiado poderosos) y elevarlos sobre todas las naciones en una espectacular inversión de la historia. En este sentido, el mesías no es Hijo de Dios.
* En la tradición griega existían héroes elevados a la condición divina después de extraordinarias proezas o hazañas, por medio de la apoteosis. El más importante ejemplo de esto es Heracles, que después de haber sido quemado en una pira es tomado por su padre Zeus para gobernar a su lado. Debido al predominio del Imperio Romano, cuya orientación cultural era predominantemente griega, en la época de los primeros cristianos es altamente probable que este ejemplo estuviera a su alcance, a la manera de una historia popular.

Al mismo tiempo, el adopcionismo era psicológicamente interesante para los primeros cristianos, ya que éstos eran una comunidad pobre y atrasada, y por ende era fácil identificarse con un héroe como Jesús, ser humano como cualquiera que es elegido ("adoptado") por Dios, y que en consecuencia daba esperanzas de salvación a los propios cristianos, tan humildes ante Dios como su héroe máximo.

Primeros adopcionistas

Uno de los adopcionistas más famosos fue Teódoto el Curtidor, habitante de Bizancio que llevó la prédica de esta doctrina a Roma en el año 190.

Andando el tiempo, a medida que el cristianismo prendió en las capas superiores del Imperio Romano, fue imponiéndose como doctrina el encarnacionismo, según la cual Jesús desde siempre había sido Hijo de Dios (concretamente la Segunda Persona de Dios). El adopcionismo fue progresivamente arrinconado, a pesar de que teológicamente el encarnacionismo plantea una serie de dificultades que el adopcionismo no (la mayor de ella: reconocer la existencia de varias personas divinas, y al mismo tiempo profesar el monoteísmo). A lo largo de las llamadas disputas cristológicas, el adopcionismo volvería a ser resucitado, en una versión más refinada, por Pablo de Samosata (en el Siglo III), y por su discípulo Arrio. También fue adopcionista el obispo Fotino de Sirmio, depuesto el año 351 por el Sínodo de Sirmio.

El arrianismo, en efecto, se transformaría en la herejía más atosigadora que debería afrontar la joven Iglesia en sus primeros años. Finalmente, después de la formulación del credo en los Concilios de Nicea (325) y Calcedonia (381), el adopcionismo fue finalmente abandonado.

Adopcionismo medieval

Hubo un resurgimiento a finales del siglo VIII, con Elipando, obispo de Toledo, y Félix de Urgel. El monje español Beato de Liébana, junto con el obispo Eterio de Osma y el Reino de Asturias, combatieron el adopcionismo (considerado herejía), obstinadamente defendido por Elipando. Fue condenado en el segundo concilio ecuménico de Nicea (en 787). En los años 794 y 799, los papas Adriano I y León III condenaron el adopcionismo como herejía en los sínodos de Fráncfort y Roma, respectivamente.

Monofisismo y Nestorianismo

El monofisismo (del griego μόνος, monos, 'uno', y φύσις, physis, 'naturaleza') es una doctrina teológica que sostiene que en Jesús sólo está presente la naturaleza divina, pero no la humana.

El dogma ortodoxo de la Iglesia Católica sostiene que en Cristo existen dos naturalezas, la divina y la humana «sin separación» y «sin confusión», según el símbolo Niceno-Constantinopolitano. Sin embargo, el monofisismo mantiene que en Cristo existen las dos naturalezas, «sin separación» pero «confundidas», de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina.

El monofisismo o doctrina de la unidad física entre la naturaleza humana y la naturaleza divina de Cristo, tuvo como primer promotor a Eutiques, monje archimandrita de un gran monasterio de Constantinopla. Había sido Eutiques un decidido adversario de Nestorio, pero empeñado en querer interpretar al pie de la letra, y no sabiendo entender bien algunas fórmulas poco felices e imprecisas de san Cirilo de Alejandría sobre la unidad de la persona en Cristo, sostuvo que, antes de la Encarnación, había dos naturalezas en Cristo; en la encarnación la naturaleza humana fue absorbida por la naturaleza divina. Denunciado por Eusebio de Dorilea al patriarca de Constantinopla Flaviano, éste le invitó a disculparse ante un sínodo, que, el año 448 le excomulgó y le depuso. Eutiques apeló al Papa y continuó propagando su herejía, contando con el apoyo de Dióscoro, obispo de Alejandría, y del emperador Teodosio II, que convocó un Concilio de Éfeso el año 449. El Papa San León Magno envió al concilio tres legados con una Instructio dogmatica, conocida con el nombre de Tomo a Flaviano, en la que afirmaba con la claridad más precisa la unidad de persona y la duplicidad de naturalezas en Cristo. Pero el Concilio, presidido por Dióscoro y custodiado por grupos armados de monjes fieles a Eutiques, no tuvo en cuenta las directrices del Papa León, rehabilitó a Eutiques y depuso a los obispos que le habían sido contrarios. El Papa convocó, entonces, rápidamente un sínodo en Roma, que condenó el procedimiento seguido en Éfeso como acto de bandidaje (latrocinium ephesinum).

Un año después, muerto Teodosio II, Marciano su sucesor, de acuerdo con el Papa, convocó un concilio en Calcedonia que tuvo lugar el año 451 bajo la presidencia de los legados del Papa; se definió el dogma en cuestión con los siguientes términos: "Uno solo y el mismo Cristo, hijo, Señor, Hijo único, con dos naturalezas sin mezcla, sin transformación y sin división alguna".

Pero los monofisitas no se desanimaron y continuaron teniendo en pie de alerta al campo católico durante muchos siglos; algunos de ellos se constituyeron en iglesias separadas no sólo de Roma sino de la misma "ortodoxia", en Siria, Mesopotamia, Egipto y Armenia.

Monofisismo o eutiquianismo (s. V) – herejía y cisma promovido por el archimandrita de los monjes cirilianos de Constantinopla, Eutiques (+ 454), cuyo origen se remonta a su rechazo a la confesión cristológica conocida con el nombre de ‘Símbolo de la Unión’ (433). Luego del Concilio Ecuménico de Nicea (431) se produjo una crisis entre los seguidores de las dos mas importantes escuelas teológicas dominantes en el Imperio, como lo eran la de Alejandría y la de Antioquía. Esta situación provocó que el Patriarca de Antioquía, Juan, formulara el citado ‘Símbolo de la Unión’ a fin de zanjar las diferencias existentes. En el citado símbolo se afirmo que:

“Confesamos a nuestro Señor Jesucristo, unigénito de Dios, perfecto en cuanto Dios y perfecto en cuanto Hombre, con verdadera alma y verdadero cuerpo, que según la divinidad nación del Padre antes de todos los tiempos y según la humanidad; pues hubo una unión de dos naturalezas, y por eso confesamos un solo Cristo, un solo Hijo, un solo Señor, considerando esta unión sin mezcla, confesamos a la Santa Virgen, como madre de Dios, pues de Dios-Logos se hizo carne y hombre, y en la Encarnación se unió al Templo asumido de Ella”

A pesar de los acuerdos obtenidos entres las dos escuelas, Eutiques no lo aceptó. Sus doctrinas tuvieron por origen la lucha que entabló contra la herejía nestoriana, sin advertir que, en su anhelo, caía en el error opuesto, ya que al cuestionar la naturaleza y la persona de Cristo, terminaba por negar lo que quiso defender. En síntesis, Eutiques sostenía que la naturaleza humana de Cristo había sido absorbida por la divina, produciéndose la unión física de lo humano y divino en una sola naturaleza (fisis), o sea la divina. Así, se negaba la realidad de la naturaleza humana de Cristo que, al ser absorbida por la divina, la carne no sería sino mera apariencia.

Ante la difusión y aceptación de tales doctrinas, Flaviano (Patriarca de Constantinopla) decidió excomulgar a Eutiques (448). Advertido de la situación el papa san León I, el Magno (440-461), un 13/8/449, envió a Flaviano una carta conocida como ‘Tomo a Flaviano’ (Tomus ad Favianum), a través de la cual se condenaban las enseñanzas de Eutiques y se confirmaba la verdadera doctrina de la Iglesia.

En ese estado de cosas, Eutiques buscó amparo dentro de la corte imperial como del entonces Patriarca de Alejandría, Dióscoro. Convencido este último, intercedió a favor de aquél ante el emperador Teodosio II (401-430), promoviendo la necesidad de convocar un nuevo concilio que resolviera la cuestión suscitada por los monofisistas.

En el año 449, fue convocado un nuevo concilio en Efeso, siendo presidida por el Patriarca Dióscoro. Éste impidió la participación de los legados papales, logrando retener para sí la dirección del concilio. Acalladas las voces opositoras (y defensoras de la sana doctrina) y habiendo captado el apoyo imperial, el concilio concluyó con la rehabilitación de Eutiques y sus doctrinas. En la historia de los concilios, éste es conocido como el ‘Latrocinio de Éfeso’, el que fue severamente condenado por el papa León I. A la muerte del emperador Teodosio II (+ 430) y la llegada al trono de su hermana, Pulqueria (quien luego se desposaría con el senador Marciano), la suerte de Eutiques y sus seguidores habría de cambiar radicalmente. En el año 451 se convocó a un nuevo Concilio ecuménico el que se llevaría a cabo en Calcedonia. En el mismo participaron 630 padres conciliares, siendo presidido por los legados papales. En su 5° sesión, además de condenarse las doctrinas de Eutiques como las de Nestorio, depuso a Dióscoro de la titularidad de la silla patriarcal que ostentaba. No obstante, lo más trascendente fue la proclamación solemne de la doctrina según la cual, Cristo, persona divina, tiene dos naturalezas (humana y divina), distintas y no divididas, unidas y no confusas, quedando el dogma definido en los siguientes términos:



“Siguiendo, pues, a los Santos Padres, todos a una voz enseñamos que ha de confesarse a uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad, Dios verdaderamente hombre de alma racional y de cuerpo, consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y el mismo consustancial con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado (Heb. 4,15); engendrado del Padre antes de los siglos, y el mismo, en los últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, engendrado de María Virgen, la madre de Dios, según la humanidad; que se ha de reconocer a uno y el mismo Cristo Hijo Señor unigénito, en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, en modo alguno borrada la diferencia de naturalezas por causa de la unión, sino considerada la propiedad de cada naturaleza, y concurrente en una persona y una hipóstasis, sino y el mismo Hijo unigénito Dios Logos, Señor Jesús Cristo, como de antiguo acerca de él no enseñaron los profetas y el mismo Jesús Cristo, y nos lo ha transmitido el símbolo de los padres”



Aquellos monofisistas que se negaron a suscribir las definiciones conciliares de Calcedonia decidieron provocar un cisma, dividiéndose entre sí en diversas corrientes. Así tenemos los liderados por Jacobo Bardai Sanzoli, obispo de Edessa (541) cuyos seguidores se autodenominaron ‘jacobitas’ instalando sus principales enclaves en Siria y Armenia. En 1646, un importante grupo de ‘jacobitas’ regresaron a la comunión con Roma, creándose para ellos el Patriarcado de Alepo (Siria). También el monofisismo, en sus diversas vertientes, influyó grandemente a los cristianos de Egipto (coptos) y Etiopía, como así también a los de Armenia, cuya Iglesia aceptó las doctrinas monofisistas elaboradas por el Patriarca de Alejandría, Pedro Mongo (junto al de Constantinopla, Acacio),compilación generalmente conocida bajo el nombre de ‘Enótico’. Entre otros importantes defensores del monofisismo merece destacarse a Julián de Helicarnesio.

Durante el s. VI, la aparición de Severo de Antioquía dio un nuevo impulso a la herejía, cuya impronta fue denominada como ‘verbal’. Severo creía que en Cristo había una sola naturaleza (físis) pero entendida en sentido puramente personal, concreto e independiente, sinónimo de ‘hypóstasis’. Sus seguidores en la actualidad se concentran en algunos lugares de Armenia, Siria, la Mesopotamia y Egipto.

En nuestros tiempos, son cinco las Iglesias no-calcedonianas, las que solo reconocen la validez de los tres primeros (Nicea, I Constantinopla y Efeso). Ellas son: la Iglesia siria ortodoxa (o jacobita); la Iglesia Copto-ortodoxa (Egipto); la Iglesia etíope ortodoxa y la Iglesia malabar ortodoxa (India). Si bien hay comunión entre ellas, se caracterizan por guardar una fuerte autonomía. Durante siglos estas Iglesias se mantuvieron virtualmente aisladas del resto de la Cristiandad, aunque en los últimos tiempos y como fruto del diálogo ecuménico, se han entablado un tímido acercamiento tanto con la Iglesia Católica como con la Ortodoxas.

la doctrina que afirma la existencia de «una sola naturaleza» en Cristo. Se desarrolló del siglo iv al vi, partiendo principalmente de presupuestos alejandrinos, en la discusión y reflexión sobre la relación entre la divinidad y la humanidad de Jesucristo. El punto de partida es aquí el kerygma sobre Jesús, Hijo único de Dios hecho hombre, o la confesión de la verdadera divinidad y de la verdadera humanidad del Cristo uno. La reflexión teológica quiere explicar el cómo de esta unidad en la diversidad. El m. resalta en general, y particularmente en oposición a Nestorio, la unidad en detrimento de la diversidad en Cristo.

I. Formas del monofisismo

1. -> Arrianismo y apolinarismo. El arrianismo (por lo menos el llamado de la segunda generación) y el apolinarismo interpretan a Cristo según el esquema rigurosamente entendido de logos-sarx, es decir, Cristo es logos y sarx (carne, cuerpo) sin alma humana, de forma que el Logos (entendido entre los arrianos como un ser superior, pero creado; y entre los apolinaristas como Dios en sentido estrictamente niceno) ocupa el lugar del «alma» y es principio vital de la carne de Cristo y fuente de todos sus actos espirituales y corporales. Logos y carne forman juntos «la única naturaleza (physis hypostasis) del Verbo encarnado» (fórmula principal de las llamadas falsificaciones apolinaristas).

Cirilo de Alejandría, en la polémica con Nestorio (-> nestorianismo), acepta esta fórmula apolinarista de la naturaleza una, pero la interpreta rectamente. Cirilo admite un alma humana y una verdadera naturaleza humana en Cristo. La unidad y diversidad en Cristo no se explican aún por medio de la distinción entre persona y naturaleza. De ahí que esta cristología se preste siempre a tergiversaciones monofisitas, como lo prueban Eutiques y la historia posterior de la -> cristología. Sin esta distinción, una unidad «esencial» o sustancial en Cristo sólo puede explicarse a la manera de una unidad de naturaleza en el mundo objetivo de las categorías. Eso dan a entender las comparaciones de los padres: La divinidad y la humanidad en Cristo son una sola cosa como el alma y el cuerpo en el hombre, se compenetran como el fuego y el hierro (o carbón) incandescente, o como el fuego y la leña en «la zarza ardiendo» (Cirilo) o bien se fusionan como una gota de vinagre con el mar (Gregorio Niceno). Teniendo en cuenta que tras estas comparaciones está la teoría estoica de la krasis (interpenetrabilidad), ellas garantizan la distinción entre divinidad y humanidad, pero son ambiguas.

2. Monofisismo clásico. Se forma en contraste con la cristologfa antioquena y luego con la de Calcedonia, que enseña la doctrina de las dos naturalezas. Su fórmula capital sigue siendo: «una sola naturaleza del Logos encarnado». a) Monofisismo real. Solamente de pocos teólogos cabe sospechar que admitan en Cristo una mezcla real de divinidad y humanidad para formar un tercer ser, o bien la eliminación de la divinidad en favor de la humanidad (o a la inversa). Por lo general los adversarios no entendieron bien sus fórmulas (p. ej., León i y los papas de los siglos v y vi). Vieron con mayor claridad la situación Vigilio de Tapso (PL 62, 110) y Juan Damasceno (PG 94, 741; cf. LThK vu 563s), b) Monofisismo verbal. Sus adictos son monofisitas tan sólo por sus palabras o fórmulas. Se quedan en el terreno de la cristología de Cirilo, anterior al concilio de Calcedonia. A la cabeza van entre otros Severo de Antioquía (severianos), Filoxeno de Mabbug, Timoteo Aelurus, Jacobo de Sarugh, Pedro Ibero. La insuficiente base precalcedónica conduce a nuevas escisiones (enumeradas en PG 83,53), así en la controversia sobre la pasibilidad (mortalidad natural) del cuerpo de Cristo, que es negada por Julián de Halicarnaso (aphthartodocetas»). Profesan este m. verbal hasta hoy las siguientes iglesias: la copta, la etiópica, la sirio-occidental (jacobistas) y la armenia, que después del Calcedonense se separaron de la Iglesia bizantina. Se han entablado diálogos de unión con la Iglesia ortodoxa griega.

II. Juicio

1. El m. arriano y apolinarista con su síntesis de divinidad y humanidad es una estricta violación de la trascendencia del Logos y una falsificación de la relación entre Dios y el mundo (Arrio se apoya en el esquema neoplatónico en-nous-pneuma-sómata).

2. Pero tampoco el m. verbal supera suficientemente el peligro de una falsa interpretación de la unidad de divinidad y humanidad en Cristo, como lo prueban el monenergismo y el monotelismo. Sólo la doctrina calcedonense de una sola persona (hipóstasis) y dos naturalezas (que también requiere una interpretación cada vez más profundizada) conduce más lejos. El «sin mezcla y sin separación» del Calcedonense debe prevenir también contra una mentalidad monofisita que a veces repercute en otros campos de la teología, a saber, cuando se trata de la cooperación entre Dios y el hombre y su interpretación amenaza con menoscabar la parte humana, p. ej., en la inteligencia de la -> Iglesia, de la -> inspiración (palabra de Dios en la palabra del hombre; inerrancia de la Escritura), de la -> gracia y la libertad, de la relación entre la -> Iglesia y el mundo (autonomía de lo profano), así como entre la historia sagrada y la profana. Pero igualmente debe evitarse una separación pseudonestoriana.

Iglesias monofisitas actuales

Sin embargo, la condena no fue aceptada ni por las congregaciones egipcias ni sirias dando origen a la Iglesia Ortodoxa Copta y a la Iglesia Ortodoxa Siria, la cual durante la época de Justiniano fue liderada por Jacobo Baradeo de Edesa, amigo de la emperatriz Teodora, por lo que su Iglesia es también conocida como Jacobita .

Además, los enviados armenios, que llegaron tarde al Concilio, tampoco aceptaron la condena surgiendo la Iglesia Apostólica Armenia.

La Iglesia Ortodoxa Malankara, la Iglesia ortodoxa etíope y la Iglesia Ortodoxa de Eritrea también siguen doctrinas monofisitas.



El nestorianismo es una doctrina que considera a Cristo radicalmente separado en dos personas, una humana y una divina, completas ambas de modo tal que conforman dos entes independientes, dos personas unidas en Cristo, que es Dios y hombre al mismo tiempo, pero formado de dos personas (prosopōn) distintas.

Afirma que en Cristo hay, además de dos naturalezas, dos personas: una divina (el Verbo) y otra humana (Jesús de Nazaret) Según esto, Cristo es verdadero hombre y verdadero Dios, pero ambas naturalezas tienen sólo una unión moral. La divinidad habita en la humanidad de Jesús como en un templo. En consecuencia, no se puede llamar a María madre de Dios, sino madre de Jesús-Hombre. Fórmulas modernas de nestorianismo o arrianismo serán las que afirman que Cristo es solamente -el hombre para los otros. o simplemente -un hombre provisto excepcionalmente de gracia, o una manifestación extraordinaria de Dios-. Reducen, pues, a Cristo a ser para los hombres sólo un ejemplo, silenciando su divinidad.

Durante los últimos siglos del imperio romano, el cristianismo, inmerso en un doble proceso de fijación del dogma y de transformación en un culto de estado, tuvo que prescindir de la efervescencia religiosa que había marcado sus orígenes. El proceso, iniciado con el concilio de Nicea que definió el dogma, no tardó en convertir las disidencias en herejías y éstas – trátese de nestorianos o monofisitas – en peligros para el orden establecido.

La divergencia de los nestorianos, condenada por el concilio de Éfeso en el 431, y que consistía en distinguir dos personas diferenciadas en Cristo, la divina y la humana, tenía consecuencias muy visibles en la religiosidad cotidiana ya que no rendían culto a la virgen María. Expulsados de la iglesia católica antes de la total definición dogmática de ésta, los nestorianos conservaron una gran flexibilidad tanto hacia las costumbres de los otros pueblos como hacia sus propios rituales.

En el momento de su exclusión, los nestorianos, lejos de ser un pequeño grupo, tenían un peso notable: Nestorio era el patriarca de Constantinopla. Se trataba de un grupo influyente, con poderosos contactos con el mundo de los negocios, y su marginación religiosa en el imperio romano los escoró hacia el vecino imperio persa, donde las ya existentes comunidades cristianas no tardaron en abrazar el nestorianismo. Pero para los persas se trataba de hecho de una religión procedente de Roma y estaba, por tanto, bajo sospecha: el status incierto de los nestorianos los concentró primero en monasterios y acabó desarraigándolos y lanzándolos tras las huellas de sus parroquianos, gentes que, como todas las diásporas, se dedicaban esencialmente al comercio. Lejos de la capital, en los confines del imperio persa, la conexión nestoriana acabó dominando las rutas comerciales con el lejano oriente.

Roma no los recuperó jamás – aunque fueron unos monjes nestorianos quienes introdujeron la seda en el Bizancio de Justiniano – pero su popularidad en el mundo de las estepas fue inmensa: los árabes les otorgaron una protección tan clara que los nestorianos desplazaron su sede de Ctesifonte a Bagdad, y los mongoles – como tuvieron ocasión de comprobar todos los viajeros medievales, de Rubruck a Marco Polo – los convirtieron en sus consejeros predilectos.

Los obispados nestorianos jalonaban toda la ruta de la seda, de Persia a China, de Afganistan a la costa de Malabar y en sus monasterios recalaban todas las caravanas que circulaban entre la Sogdiana y Siria. Los festivales nestorianos, la magnificiencia de las reliquias que transportaban , su reconocida competencia médica y sus conocimentos de los prodecimientod administrativos les garantizaron un puesto en cortes de todo cuño. Los nestorianos proporcionaron a la estepa una masa crítica de gente culta, consejeros perspicaces y médicos competentes, sin fidelidades restrictivas para con la tribu. Capaces como los chamanes de curar a la vez cueros y almas, aportaban en cambio una visión más universal.

La conquista árabe del imperio persa en el siglo VII alteró y expandió las rutas pre-existentes: en este contexto, en el 635 dC, llegan a Chan’an, la capital del imperio Tang, los nestorianos. Tolerados primero, no tardaron en ganarse el reconocimiento expreso de los cosmopolitas Tang: sus médicos competían en palacio con los taoístas y sus Templos de la Luz se erigieron por todo el imperio. Su máxima implantación en China se produjo durante los segundos Tang, en el clima de decadencia que siguió a la gran rebelión del 756: la estela de Xi’an, el testimonio palpable de la presencia cristiana en China, es del 781. Atrapados en la prohibición de todas las religiones extranjeras del 845, su importancia en China disminuyó sin desaparecer del todo.

No así en la estepa, donde formaban parte del trasfondo religioso de multitud de reinos. En 1140, las simpatías por el nestorianismo de un príncipe del reino de los Kara Khitan tendría una repercusión inusitada: la victoria de éste sobre los turcos seljúcidas le proporcionaría unas dimensiones de leyenda para acabar convirtiéndole en la figura mítica del preste Juan. La leyenda de este rey cristiano situado en la retaguardia del Islam encenderá la imaginación y las esperanzas de los pequeños y amenazados reinos cristianos de occidente: su búsqueda alimentará el impulso de expediciones y descubrimientos desde finales de la Edad Media hasta el siglo XV.

La realidad sin embargo era muy otra: no sólo los nestorianos carecían de enemistad manifiesta hacia el Islam – fueron incluso favoritos en la corte de Harun al-Rashid – sino qe su peso en Asia Central los convirtió en un apoyo ineludible para los mongles. Su vinculación con el mayor imperio que el continente euroaiático haya conocido jamás los llevó a la cima del poder y de la fama: el relato que recoge los viajes de Rabban Sauma, el gran monje chino nestoriano que viajó de China a Persia y a Bagdad a finales del siglo XIII, da un cuadro vivísimo de la prosperidad y conexiones de los centros nestorianos. Ciertamente la fluidez del comercio en un mundo unificado por la Pax Monglica les proporcionó una prsperidad sin límites, pero unió la suerte de ambos de forma irremediable: la caída del imprio monol desarticuló la ruta de la seda, arrinó a los nestorianos y arrastrtó en su caída la de los prósperos monasterios de los límites orientales. Aunque conservaron influencia y poder durante el khanano Il-Kahn en Persia, la iglesia nestoriana no sobrevivió a las conquistas de Tamerlan (1370-1405) que cortó la relación de las comunidades de la estepa con el patriarca de Bagdad. Diseminados y carentes de todo apoyo oficial, los nestorianos se fueron apagando lentamente a partir de entonces, aunque comunidades nestorianas en torno al lago Van han sobrevivido hasta nuestros días.

El concilio de Éfeso
Tanto los nestorianos como los partidarios de Cirilo fueron llamados al concilio de Éfeso, en el año 431. La disputa se centró fundamentalmente en torno al título con el cual debía tratarse a María, si sólo Christotokos (madre de Cristo, es decir, de Jesús humano y mortal) como defendían los nestorianos, o además el de theotokos (madre de Dios, o sea, también del Logos divino), como defendían los partidarios de Cirilo. Finalmente se adoptó como verdad de doctrina la propuesta por Cirilo, y se le concedió a María el título de Madre de Dios, y los nestorianos fueron condenados como herejes.

La doctrina nestoriana, que sigue las enseñanzas del exegeta Teodoro de Mopsuestia, insiste en el carácter distintivo de la divinidad y humanidad de Jesús, lo que mueve a los críticos de esta confesión a acusar a los nestorianos de creer que Cristo era dos personas distintas: el Hijo de Dios y el hijo de María. Concretamente Nestorio se oponía a que María fuera llamada Theotokos (Madre de Dios) porque le resultaba una incongruencia lógica y una blasfemia.

Nestorianismo post-efesio

El nestorianismo fue desterrado del Imperio Romano, y la diáspora nestoriana encontró refugio en el Imperio Sasánida.Gran parte de los habitantes del imperio persa (en especial en Iraq) y los Lajmidas abrazaron la denominación cristiana conocida en Occidente (incluyendo aquí a Siria y al Imperio Bizantino como partes del Occidente) con el adjetivo de "nestorianismo".

la Iglesia Siria Oriental y la Iglesia Asiria -difisitas, es decir "nestorianas"- prosperaron acatando ciertas reglamentaciones de los "shahs" persas, entre otras aquella según la cual sus sacerdotes debían estar casados. En ese período prospera la escuela teólogica de Edessa (hoy Urfa) y se destaca la figura del patriarca Bar Saumas quien tenía su sede en "Babilonia" (en realidad Ctesifonte y Nisibis). Aún en los primeros siglos de la conquista árabe del Cercano y Medio Oriente la iglesia que mantenía la doxología (conjunto de opinión) difisita o "nestoriana" mantuvo un fuerte impulso misional logrando importante éxito en el Jwarizm (por ejemplo en la ciudad de Samarkanda).

Los cristianos "nestorianos" fueron una genuina correa de transmisión del conocimiento científico y filosófico grecorromano (particularmente del aristotelismo) a la entonces incipiente cultura islámica (luego desde Islam este acervo de conocimiento volvió a Europa); en el periodo inicial de los grandes califas omeyas se destacaban familias de médicos (seguidores de las doctrinas científicas de Galeno) cristianos "nestorianos" curando a los califas y magnates.
las escuelas cristianas "nestorianas" prosperaron en centros como el de Gundishapur (Persia) y Muharraq (en el actual Bahrein).
Entre los turcos orientales (como los uighures) y algunas tribus de mongoles pre-gengiskánidas como los khitan o kitans, al parecer es de esa época que surge en Europa la leyenda parcialmente cierta de El Preste Juan, siendo "Juan" una alteración de la palabra khan.

De este modo la cristiandad (de cuño nestoriano) llegó por primera vez a China hacia el año 635 cuando el misionero llamado en chino Alopen o Al Oben estableció una iglesia en la capital occidental durante el reinado de Taizong de la dinastía Tang, es decir, en la ciudad de Chang'an (actual Xi'an) , de esa época data la célebre Estela de Siganfú. Sin embargo posteriormente el emperador Wuzong (840 a 846) suprimió las "religiones foráneas" como el budismo y el cristianismo.


Nestorianismo

NestorianismoToma su nombre del obispo Nestorio (380-450) de Constantinopla, quien defendió la separación de la naturaleza humana (fruto de María) y divina (fruto de Dios) en Cristo, de forma que el hombre Cristo no es Dios, sino portador de Dios. Esto implica que el Logos-Dios al bajar a la tierra no se hizo hombre, lo que hizo fue habitar en el cuerpo del hombre Cristo. Esta separación humana y divina quita a María la condición de Madre de Dios, puesto que sólo es madre del Cristo hombre.

San Cirilo de Alejandría encabezaría el sector que rechazó de plano las teorías Nestorianas y las declaró heregías. En el Concilio de Éfeso, año 431, se fijó la doctrina: Cristo es una única persona en la que se unen las dos naturalezas: humana y divina (Unión Hipostática). María es la madre de la persona Cristo, luego es la madre de Dios.

En el 436 Nestorio fue desterrado al Alto Egipto. Discípulos suyos fundaron iglesias nestorianas que se extendieron por oriente hasta China.

Nestorio, patriarca de Constantinopla, fue más bien el propagador y sostenedor de la herejía que lleva su nombre y que ya se había manifestado anteriormente en los escritos de Diodoro de Tarso a partir del año 378 (m. 394) y de Teodoro de Mopsuestia, su discípulo (m. 428), de la escuela de Antioquía. Habiendo llegado a ser patriarca de Constantinopla, el año 428 y embebido de las ideas de Teodoro, usó toda su elocuencia y autoridad desde la cátedra patriarcal para combatir la herejía apolinarista (ver Apolinarismo), pero negó a la Virgen el título de Madre de Dios que ya hacía tiempo se le venía atribuyendo. María, decía en sustancia Nestorio, no es madre de Dios sino de Cristo, puesto que la persona de Cristo, nacida de María, no es idéntica a la persona del Verbo engendrado por el Padre; o sea, que las dos naturalezas en Cristo no están unidas hipostáticamente (secundum hypostasin o secundum essentiam) sino en una nueva persona que no es ni la persona del Verbo ni la persona del hombre, sino la persona del compuesto. Por consiguiente, en Cristo, no se pueden atribuir las propiedades divinas al hombre ni las propiedades humanas a Dios (comunicatio idiomatum).

Contra la doctrina de Nestorio se levantó un teólogo de primerísimo orden, San Cirilo, obispo de Alejandría. Nestorio pidió el año 429 al Papa Celestino la convocación de un concilio, en el que pudiese justificarse. El Papa pidió, entonces, información también a Cirilo y, en agosto del año 430, hizo condenar en un sínodo la doctrina de Nestorio; después expidió cuatro cartas: una a Nestorio para que se retractase; otra a la Iglesia de Constantinopla; una tercera a Juan de Antioquía, que defendía y apoyaba a Nestorio y la cuarta a Cirilo con el encargo de que hiciera cumplir la sentencia del sínodo romano. Pero, como quiera que Nestorio acusaba, a su vez a Cirilo de apolinarismo, Teodosio II, de acuerdo con el Papa Celestino I, convocó el Concilio de Éfeso que condenó la doctrina nestoriana (11 de julio del año 431). La doctrina de Nestorio sobrevivió en las escuelas teológicas de Nisibis y de Edesa; más tarde se propagó por la Arabia, la India y llegó hasta la misma China. En el siglo XVI, la mayor parte de los nestorianos todavía existentes volvieron a la unidad católica; pequeños y lánguidos grupos viven todavía en algunos sitios del Irak, Siria, Persia, Irán y en la India.

Abraham Y El Dios Cananeo

El (en hebreo אֵל) es una palabra semítica del noroeste, que tradicionalmente se traduce como ‘dios’ o ‘deidad’. Algunas veces, dependiendo del contexto, permanece sin traducción (quedando simplemente El). En la mitología cananea era la deidad principal y era llamado «padre de todos los dioses». En los hallazgos arqueológicos siempre es encontrado al frente de las demás deidades, y está considerado como el más antiguo de los dioses.

En todo el Levante mediterráneo era denominado El o Il, siendo el dios supremo, padre de la raza humana y de todas las criaturas. En las tablas de Ugarit figura también como el esposo de la diosa Asera (la madre de todos los dioses, la esposa celestial).

El dios El se encontró en las ruinas de la Biblioteca Real de la civilización Ebla —en el yacimiento arqueológico de Tell Mardikh (Siria), que data del 2300 a. C.—. En algún momento de la historia pudo haber sido un dios del desierto, pues un mito dice que tuvo dos esposas y que con ellas y sus hijos construyó un santuario en el desierto.

El ha sido el padre de muchos dioses —setenta en total— los más importantes fueron He, Hadad, Yam y Mot, los cuales tienen atributos similares a los dioses Zeus, Poseidón o Ofión, Hades o Tánatos respectivamente, los antiguo mitógrafos griegos identificaron a El con Crono, el rey de los Titanes.

Por lo general, El se representa como un toro, con o sin alas. También lo llamaban Eloáh, Eláh, que en árabe se convirtió en Allah).

El dios El preside sobre el monte G'r kvsi, que a veces se traduce como Khurshan-Zur-Kas (Kjúrshan zur kas),

La Familia de Hashem
La Biblia encierra muchas sorpresas. Su estudio detallado revela circunstancias que chocan frontalmente con los dogmas establecidos con el paso de los siglos. Una de ellas se refiere a las creencias originales del pueblo judío. En un principio, aunque pocos lo sepan, Israel aceptaba la existencia de otros dioses, pero sometidos a la autoridad de Yahvé. Esa concepción coincidía, a grandes rasgos, con la que tenían los cananeos, el pueblo que habitaba gran parte de las tierras que luego serían conquistadas por lsrael La principal diferencia entre ambos consistía en que, para los primeros, ese dios principal era Yahvé, mientras que, para los segundos, era Baal.

El dios El es de origen babilónico o mesopotámico en la personificación de Anu, para los pueblos cananeos era la deidad principal, el rey, creador de todas las cosas, el juez que dictaba lo que debían hacer tanto los hombres como los dioses, tuvo dos esposas Asera y Anat hermana de Hadad (Baal Raman (el trueno, señor del trueno), esta última, era llamada "la amante de los dioses", ambas eran diosas de la fertilidad.

El es el padre de la «divina familia» y presidente de la asamblea de los dioses en el Monte de la Reunión. Su equivalente en hebreo es har mo'ed, de donde sale la palabra griega armagedón. Es llamado «toro» por su fortaleza y potencia creativa, es el «Anciano de Días», la «Roca de las Edades», está representado en una roca en Ras Shara.

En los mitos es clasificado como Bny Bnwt que significa ‘creador de todas las cosas creadas’, aunque algunos lo traducen como ‘dador de potencia’. En las dos inscripciones halladas en Ras Shamra, El es retratado como un dios frío y distante, «en el flujo de los [dos] ríos», posiblemente el Edén, de donde un río fluía para formar a los ríos Tigris, Éufrates, Gihón y Pisón.

Aparte de ser llamado «el creador», también era llamado «el bondadoso», «el compasivo» (títulos que aparecen incluso en la Biblia. Sólo la adoración de esta deidad (o su nombre) nunca fue estigmatizada en la Biblia ni por los patriarcas. De hecho Abraham dio los diezmos a un sacerdote de «El, el Altísimo», llamado Melquisedec. Su esposa primaria fue Ashera o Asera, la madre de los dioses, representada en los santuarios cananitas con árboles ornamentados.

En Canaán el rey era nombrado «siervo de El» (similar al nombre del rey israelita David «El siervo de Dios». Esto describía el estatus de los reyes antiguos como ejecutores de la voluntad divina. Este título era visto como un privilegio y como una carga.

La supervivencia de la mitología cananea en el pueblo monoteísta de Israel, se puede encontrar en muchas partes de la Biblia, por ejemplo la concepción de Dios como presidente en la "corte de los dioses" o "la divina asamblea" (Bene'El), también es para referirse a la divina familia de El, en Deuteronomio 32, empieza con Israel en sus "lapsus" de fe y termina con el aserto de la destrucción de sus enemigos, la historia de Israel es expuesta como originando nombrando a su Dios Yahweh por el "altísimo" en la asamblea de «los hijos de El» (dígase en la septuaginta de los "Hijos de Israel", aunque la fecha de este poema es de disputa, la condenación de Israel por su apostasía no lo es, el cual data de 900 a. C. en Deuteronomio 32:8 representa la primera etapa de los israelitas en su adaptación del concepto de Dios al mando de la "corte divina" de la mitología cananea, la concepción de Dios como simplemente «el primero» en la «divina asamblea» no podría permanecer sin contención, despareciendo la corte completa en esta religión.

En los tiempos de Palestina, «los hijos de El» significaba ‘los dueños de los ganados, adoradores del dios-toro El’, y «las hijas de Adán» significaría ‘las mujeres de Adama (suelo, tierra)’ Adama era una diosa de la agricultura, en la Biblia simboliza a la tierra de donde Adán fue tomado, las hijas de Adama eran notorias por sus orgías (prostitución ritual). En aquellos tiempos era común que hubiesen sacerdotisas sexuales, que sirviesen en los templos, es posible que de aquí venga la historia de El seduciendo a dos mujeres mortales, y éstas dándole hijos semidivinos, llamados Shalem (perfecto), y Shahar (alba), que posee alas (según el salmo 139:9), y su hijo fue el Ángel caído Helel (según Isaías 14:12).

La unión entre los dioses y mortales se encuentra en todas las mitologías del mundo: el dios Yahveh sólo tiene a Jesucristo, producto de su unión con una mortal (la virgen María); el dios Alá no posee hijos. En cambio El —de donde provienen ambos dioses— llegó a tener una descendencia de más de 70 deidades, por así decirlo antiguamente los habitantes de la tierra creían que la Realeza eran Hijos de Dios o de los dioses, estas creencias se encuentran desde el Mediterráneo y todo el Oeste de Asia, sin contar las demás partes del mundo, desde el momento en que el judaísmo hizo a un lado todas las deidades dejando solo a su Dios trascendental, y la transformación de este El(Ein)-Eloheinu, el cual nunca se casó con ninguna deidad, ni mortal, por tanto nunca tuvo hijos, llamarse hijo de Dios era un anatema, así el rabino Shimon ben Yohai se vio obligado a maldecir a todo aquel que pretendiera leer en la Torá y otros libros, como los "Hijos de Dios" en el sentido ugarítico. Esta interpretación había permanecido inmutable hasta su época (el siglo II), y solamente permitió el sentido bene elohim, que significara ‘dios’ y ‘juez’. De ahí la idea judía de que Elohim no significa ‘dioses’, la teoría de Ben Yojai era que un magistrado de un caso era poseído por el Espíritu de Dios (salmo 82:6)

La Ex-Familia de Hashem
Pero Baal no era sino el hijo de otro dios llamado El, a quien sustituyó en el trono. Curiosamente, Hashem manifiesta en la Escritura numerosas veces, su odio visceral hacia Baal, pero nunca hacia su progenitor. Sorprende que un dios celoso como era Hashem permitiera después a los judíos utilizar esa misma palabra, «El», para designar a su persona, tal y como podemos observar en numerosos pasajes de la Biblia.

¿Por qué esa excepción con un dios de sus enemigos los cananeos? ¿Acaso se trataba de un dios diferente? Esas contradicciones han llevado a algunos exégetas a insinuar que ese dios El de los cananeos y su homónimo hebreo —también conocido como Yahvé— podrían ser en realidad el mismo dios. Hay un texto clave en el capítulo 14 del Génesis que parece confirmar tal hipótesis. Allí encontramos a dos personajes, uno judío —Abraham— y otro cananeo —Melquisedec—, que se saludan mutuamente invocando ambos al mismo dios: El-Elyón, nombre compuesto con el del dios cananeo y el superlativo «Elyón» (el Altísimo). El que tanto Melquisedec como Abraham utilizasen en su saludo el mismo nombre, no deja opción a ninguna otra explicación: ambos adoraban al mismo dios. Yahvé no era sino el nombre con el que los judíos conocerían al antiguo dios de las cananeos, y a partir de ese momento el título de «el Altísimo», utilizado hasta entonces sólo por los cananeos, pasaría también a ser empleado por los israelitas para referirse a su dios.

Y si ambos dioses eran en realidad el mismo, las «leyendas» de los textos cananeos pueden también aplicarse a Yahvé. Así, por ejemplo, se dice que de los amores de ese dios con distintas mujeres nacieron varios hijos. Uno de ellos, llamado Sahar (aurora) tiene una relación directa con la historia de nuestro personaje, pues en el texto de Isaías Lucifer es llamado Helel ben Sahar por el propio Yahvé, es decir «Lucero hijo de la Aurora». Y aquí nos encontramos con la paradoja de que —en base a ese título, y según la mitología cananea— Lucifer podría ser descendiente directo, aunque no reconocido, de Hashem.

Antes de rechazar de plano tan heterodoxa idea deberíamos regresar al texto de Isaías. Allí comprobaremos cómo Lucifer pretendió «escalar el cielo y colocar su trono por encima de las estrellas de El». Se dice que en la Biblia, las estrellas simbolizan los miembros de la corte de Yahvé. Pero el texto menciona algo más: Lucifer ambicionaba «sentarse en la Montaña del Encuentro, en los confines del Safón». «Safón», en hebreo, significa «norte», pero para los cananeos, el Safón era precisamente la montaña donde moraba la divinidad. No lejos de ahí se encontraba «la Montaña del Encuentro», lugar donde los dioses tenían sus asambleas. La idea es casi universal: los griegos hablaban del monte Olimpo, en cuyo pico más alto vivía Zeus, y en su morada convocaba las reuniones con otros dioses; los hindúes mencionan el monte Meru, en cuya cumbre se hallaría la ciudad dorada de Brahma, punto de encuentro de dioses. Tales ideas, lejos de ser ajenas al pensamiento hebreo, se encuentran ratificadas en multitud de puntos de la Escritura, supervivientes a posteriores «retoques» más acordes con la ortodoxia monoteísta de los últimos siglos del judaísmo. Pero, ¿qué ocurría en la privacidad de las reuniones de Yahvé con los otros dioses?

Aunque el Libro de los Salmos es bien conocido, casi nunca se repara en el revelador contenido del número 82. Allí se habla de un Yahvé orgulloso, que ostenta de nuevo la jefatura entre los dioses, dispuesto a poner las cosas en su sitio. Dice así el texto:

«Elohim se yergue en la asamblea de El, en medio de los dioses juzga: ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente y guardaréis consideración a los malvados? Haced justicia al humilde y al huérfano, vindicad al infeliz y al pobre. Rescatad al humilde y al indigente,- de manos de malvados liberadle... Yo me dije: ¡Dioses sois, e hijos de Elyón todos vosotros, sin embargo, moriréis como hombres, y como cualquiera de los príncipes, caeréis».

Estrella Matutina

¡Dioses sois, e hijos, de Elyón! El texto no deja lugar a dudas: los dioses juzgados, aquéllos a quien Yahvé había confiado distintas funciones, son sus propios hijos y el texto pertenece a la Biblia. Ahora bien, ¿qué funciones realizaban estos hijos de Elyón? La respuesta nos la da el Deutemnomio:

«Cuando Elyón repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las Íronteras de los pueblos según el número de los Sene'El [los hijos del dios El], mas la porción de Yahvé fue su pueblo» (Deut. 32, 8-9).

Es decir, cuando Yahvé comenzó tener descendencia, dividió su reino entre sus hijos, reservado para sí una parte del territorio: el quf primero ocuparían los cananeos y luego Israel. Tal pudo ser el origen de muchas monarquías de aquella zona. Pero con el tiempo esos reyes dejaron de ser leales y cuestionaron la supremacía de Yahvé. Incluso su propío hijo Baal llegaría a arrebatarle el trono. Esa fue la razón por la que Yahvé planeó la invasión del territorio cananeo por el pueblo de Abraham: necesitaba que un nuevo pueblo fiel ocupase su antiguo territorio, le rindiera culto y le erigiera de nuevo en dios del lugar. Con ello recuperaría además del trono en aquella zona, el título que había perdido de «Dios de )os dioses» (Jos. 22, 22). En cuanto a esos otros dioses, Yahvé no dudó ni por un momento en acabar con ellos cuando lo creyó necesario. Eso sí, les dedicó bellas palabras que recórdaran su antigua magnificencia. Así, por ejemplo, ocurrió con el rey de Tiro:

«Tú eras sello de perfección —evocaba Yahvé— lleno de sabiduría y de acabada belleza; en el Edén, jardín de Elohim, habitabas. Tú eras un querubín consagrado como protector. Yo te había establecido; estabas en la Santa Montaña de Elohim... hasta que se descubrió en ti la iniquidad. Se enegrió tu corazón por tu belleza, echaste a perder tu sabiduría por tu esplendor. Por tierra te he derribado... te he arrojado de la Montaña de Elohim, y te he destruido, ¡oh, querubín protector!» (Ez. 28).

"Y respondió Abraham al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Hashem

Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra." [Génesis 14:22]

Por El Agente Megatrón

Muchos desconocen que entre los eruditos existe conflictos por este texto bíblico. ¿Sabe porqué los eruditos debaten sobre este texto? Por que en los escritos hebreos el nombre Jehová no aparece por estos lugares. ¿Qué les parece? En el lugar donde los eruditos traducen "Dios Altísimo" los manuscritos antiguos escriben El Elyon. El escándalo de todo esto radica en que El Elyon era uno de los dioses del panteón politeísta de la religión cananea. Vemos nuevamente como el clero no le suple esta información a los feligreses. ¿Porqué será? Desvelar esa información pondría de manifiesto que los traductores del Vaticano han cometido fraude y encubrimiento en la traducción de la Biblia y que han alterado el contexto histórico de los hechos. ¿Qué hace una deidad pagana en los escritos de la Biblia? ¿Qué rayos hace Abraham invocando a una deidad cananea cuando se supone que él era monoteísta? ¿Oculta algo el Vaticano? Sí, de hecho ellos ocultan muchas cosas. En el nombre del dios pagano cananeo El Elyon el título "El" designa "poderoso," "verdadero." Elyon guarda relación con el término "de las alturas." Por el contexto de la gramática El Elyon lo que designa es "el poderoso que ha descendido de las alturas." Nuevamente vemos como los antiguos pueblos le atribuían características extraterrestres a sus dioses pues si Elyon descendía de las alturas es obvio que se alude a que su morada se encuentra más allá de la atmósfera planetaria; y bajo el contexto de la terminología y por definición propia de la palabra cualquier forma de vida que more fuera de nuestra atmósfera planetaria es extraterrestre. Le aconsejamos a los lectores que tome cualquier diccionario y busque la definición de extraterrestre. Los pueblos antiguos de la región veneraban a sus dioses de alto rango por el uso del título "El" para diferenciarlos de los dioses de bajo rango.

El Elyon aparece como uno de los dioses de alto rango en el panteón cananeo y en las tablas arqueológicas donde aparecen elogios e invocaciones reconociéndolo como el dios creador de los cielos, lo que lo diferenciaba de los dioses menores de la religión cananea. Revelar que el patriarca Abraham invocó al dios de la religión politeísta El Elyon es tirar por el suelo la pretensión de que el patriarca Abraham era monoteísta y pone de manifiesto que el Vaticano ha ido tan lejos y ha engañado a los pueblos de la Tierra falsificando las escrituras a su propio antojo y eliminaron los nombres de los dioses de religiones politeístas para encubrir estas verdades históricas de lo cual hay prueba escriturar y arqueológica. ¿Le ha explicado el clero esto de esta forma tan clara y porqué los pueblos antiguos creían de esta manera? Ya sabemos que la respuesta es NO. Este tipo de conducta revela un acto de conspiración bien elaborado que debe ser rechazado por todos los amantes de la verdad.

El Shaddai Dios De La Montaña

¿Qué le han enseñado sobre la terminología Shaddai? ¿No es cierto que le han comentado que El Shaddai significa "Dios todopoderoso"? Demostraremos que existe una infinidad de información que el clero ha ocultado a lo largo de su historia. ¿Porqué será? Ellos no desean que las masas despierten y conozcan como se "moldeó" el esquema y las enseñanzas generales de la Iglesia Histórica. Demostraremos que la voluntad de estas personas es que ustedes no adquieran un vasto conocimiento por que muchos cuestionarían el origen de estos "arreglos." ¿Cuántas veces se han realizado estudios cautelosos sobre el significado que encierran estas palabras? ¿Cuántas veces le han explicado el verdadero significado del título "EL" y de la palabra Shaddai?

El Shaddai aparece 40/41 veces en el Antiguo Testamento como título para la deidad o deidades. ¿Deidades? Algunos dirán; "pero Shaddai es un título para Dios." Bueno, eso es lo que el clero desea inculcarle en sus mentes. Shaddai aparece aproximadamente 30 veces en el libro de Job. Nuevamente algunos quedarán estupefactos cuando se enteren de lo siguiente. Cualquier rabino profesional (maestro experto del antiguo hebreo) y todo erudito profesional está deacuerdo en que Shaddai es una palabra plural. ¡Sorpresa! Cuando se habla de Shaddai se alude a "varios" (pluralismo). Pero el contexto se puede utilizar para describir ciertos artibutos y se puede emplear a un sujeto. La palabra designa pluralidad de personas. ¡Qué escándalo para la Iglesia! ¡Como le han negado estas verdades ocultas dejando a las masas en la ignorancia.

Un análisis profesional y cauteloso revela que Shaddai es una palabra compuesta. Algo que el clero tampoco le ha revelado. Shaddai guarda relación con la raíz sadu que significa montaña. El sufijo ai en el nombre Shaddai significa "de la." De modo que Shaddai lo que significa es "de la montaña." En los textos ugaríticos que es una de las fuentes de mayor peso sobre la escritura cananea el sufijo "ai" siempre significa "de la" lo que esclarece y elimina dudas en cuanto al significado real de la terminología de esta palabra. El título El se utilizaba para designar a los dioses de alto rango pues se puede traducir "poderoso, verdadero." De modo que estas palabras significan "dioses poderosos de la montaña" puesto que Shaddai es plural. Debido a que este título era usado por distintas religiones de distintos pueblos más antiguos que el pueblo de Israel, los teólogos expresan que a Jehová no se le debe designar con el título El. Pero el problema es que existen textos de la Biblia que denominan a Jehová con éste título lo que indica que Israel absorbió costumbres de otros países. ¿Están los teólogos encaminándose contra lo que su propio libro sagrado revela por que afecta lo que ellos han "moldeado" durante todos estos siglos?

Vemos que la creencia en el dios de la montaña estaba presente en las mentes de los pueblos antiguos mesopotámicos y palestinos. Uno de los problemas teológicos es que Israel adquirió estas costumbres de religiones politeístas. Abraham salió de Ur de los caldeos. La Biblia menciona esto en Génesis 11:31: "Y tomó Taré a Abraham su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió de Ur de los caldeos." Abraham trajo estas costumbres de la religión de Ur de Caldea, y la religión de Caldea era politeísta.

Para los hindúes, algunos dioses moraban en una montaña sagrada al norte, el monte Meru. Ellos creían que los dioses descendieron de lo alto (Espacio Exterior, extraterrestres) y se ubicaron en esta montaña. Lo mismo ocurre con la historia antigua de los griegos, ellos creían que los dioses moraban en el monte Olimpo. De modo que vemos como las religiones politeístas de la antigüedad creían que los dioses moraban en una montaña sagrada. El hecho de que tanto Moisés como Abraham subían a la montaña para hablar con Jehová refleja que ambos trajeron este concepto de las religiones politeístas. La creencia de Abraham en el dios de la montaña se hace vigente cuando leemos en la Biblia: "Luego se pasó de allí a un MONTE al oriente de bethel, y plantó su tienda, teniendo bethel al occidente y Hai al oriente, y edificó allí altar a Jehová." [Génesis 12:8] Si Abraham realizó el esfuerzo en subir al monte es por que estaba convencido de la realidad de que el "dios de la montaña" o los "dioses de la montaña" moraban en ese lugar. De lo contrario no hubiera tomado la molestia en subir al monte, una ardua tarea y bastante cansable. La persistencia de subir al monte prevaleció sobre el cansancio y el sufrimiento que pudo haber experimentado Abraham. Esto revela su fiel creencia en el "dios de la montaña" concepto que trajo de Ur de los Caldeos como la propia Biblia expresa. ¿Acaso no podía Abraham experimentar el contacto con Dios desde el valle? ¿Porqué se mantenía Abraham cerca del monte? Por que buscaba un contacto con Shaddai, pero Shaddai es plural y alude a "muchos."

Shaddai proviene a la vez de la raíz shad y alude al pecho femenino (senos), la diferencia lo hace el sonido fonético de las vocales. Si se utiliza en este concepto entonces Shaddai representa un cuadro feminista donde la deidad sirve de sostén pues de sus "senos" proviene el alimento natural importante para el sostén de la vida. De modo que en este concepto Shaddai se visualiza como sostén y protección. Por esta razón cuando los israelitas llegaron a Canaán se ubicaron en dos montes, Gerizim y Ebal. "La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim, y la otra mitad hacia el monte Ebal..." [Josué 8:33b] El verso 30 expresa que en este monte Josué edificó un altar. Este monte sirvió como lugar de escena donde una mitad del pueblo se encontraba en el monte Gerizim y la otra mitad sobre el monte Ebal, símbolo de sostén. De la misma manera en que una madre protege a sus hijos y le suministra alimento a través de sus senos, Shaddai que alude a shad significa en este contexto que serviría de protección para Israel. La relación existente entre montaña y senos es evidente pues al observar una montaña desde el horizonte ésta se eleva sobre los valles teniendo un parecido a las protuberancias del seno femenino. Recordemos que Shaddai aparece 30 veces en el libro de Job. Recordemos de igual forma que uno de los amigos de Job era místico por lo que se visualiza a Dios con distintos atributos que son contrarios a los dogmas impuestos por el clero. "Y al pasar un espíritu por delante de mí, hizo que se erizara el pelo de cuerpo. Paroce delante de mí un fantasma cuyo rostro yo no conocí" [Job 4:16-17] Hable sobre estos temas hoy día y verá como el clero intenta despojarlo de esas creencias. Sin embargo, nuevamente la Biblia trae a la luz pública estos temas. En el comentario de la Biblia de Estudio Reina Valera 1960 del editorial Caribe página 546 los teólogos declaran: "Elifaz era el místico... Elifaz hizo su apelación a Job basándose en una visión nocturna. Considera su experiencia mística adecuada como para acusar de pecado a Job." ¿Porqué los teólogos no condenan estas experiencias si al ser místicas van en contra de los dogmas de la Iglesia? No hace falta realizar más comentarios al respecto.

Más Pruebas

"Y aparecí a Abraham, a Isaac, y a Jacob como Dios Omnipotente (El Shaddai)

mas en mi nombre Jehová NO ME DI A CONOCER." [Éxodo 6:3]

Si traducimos el texto en su forma natural el mismo declara: "Y aparecí a Abraham, a Isaac, y a Jacob como Dios de la montaña, mas en mi nombre ( el nombre Jehová, Yahvé) no me di a conocer." La declaración de la escritura es clara y revela que el término Jehová NO ERA CONOCIDO en la época patriarcal, los días en que vivió Abraham, Isaac, y Jacob. De modo que cada vez que los traductores de la Biblia insertan el tetragrámaton (Jehová) en el libro de Génesis están alterando las escrituras. De esta manera se les hace creer a los feligreses que Abraham invocó el nombre Jehová, pero Éxodo 6:3 es BIEN CLARO y reafirma que NINGUNO de los patriarcas conocía a Dios por el término Jehová. ¿No le hemos dicho que ellos han falsificado la Biblia? ¿Cree usted ahora? La propia revelación de la escritura los expone como traductores fraudulentos.

Ahora bien, tome cualquier Biblia y lea el primer verso de Génesis capítulo 2. Lea el primer verso del capítulo 3 y así sucesivamente. Encontrará que en todos los capítulos mencionados aparece el término Jehová. ¿Pero no dice claramente Éxodo 6:3 que NINGUNO de los patriarcas conocía a Dios por el nombre Jehová? ¿Entonces porqué aparece el tetragrámaton (Jehová) en el libro de Génesis si el libro antecede la época patriarcal? Por que los escribas y los traductores del Vaticano acomodaron el tetragrámaton en esos lugares para hacerles creer a las masas que en el libro de Génesis se habla de una sola deidad cuando la realidad es que se habla de muchas deidades de distintos pueblos y de distintas religiones; algunas de éstas pertenecientes al panteón politeísta de los cananeos y de los jebuseos, como es el caso de El Elyon y Shaddai y otras deidades pertenecientes a Ur de los caldeos.

Lea lo que los propios teólogos escriben al respecto: "Este versículo presenta algunas DIFICULTADES porque en Génesis 12:8 se dice que cuando Abraham llegó a la región de bethel edificó allí altar de Jehová." [Biblia de Estudio Reina Valera editorial Caribe edición 1960, página 73] ¿Cuál es la dificultad a la que los teólogos hacen referencia? Lo que mencionamos en el párrafo anterior en relación sobre que el nombre de Jehová no se conocía en la época de Abraham, Isaac, y de Jacob. Los teólogos continúan hablando sobre ésta DIFICULTAD pues en la misma página y en el mismo párrafo ellos escriben: "El nombre Jehová es la designación de Yahvé, el nombre personal del Dios de Israel en el AT." Si el nombre Jehová se designó ya en Génesis 12:8, luego 6:3 significa que Yahvé adquirió NUEVO SENTIDO después de la revelación de Dios a Moisés." Los escolásticos quieren que creamos que aunque el nombre Yahvé no había sido revelado en los tiempos de Abraham, Isaac, y de Jacob como declara Éxodo 6:3; que hagamos caso omiso de lo que el texto expone y pretendamos que Abraham sí conocía a Dios por ese nombre cuando Éxodo 6:3 expresa claramente que Dios NO ERA CONOCIDO por el nombre Yahvé (Jehová). La conducta de los teólogos es algo parecido a lo que describo a continuación. Es como si ellos dijeran; "bla, no hagan caso de lo que dice Éxodo 6:3. Mejor crean lo que nosotros le decimos." El atrevimiento de estos hombres por tratar de encubrir lo que no les agrada es algo realmente bárbaro. Cuando se encuentran ante problemas que presentan "ALGUNAS DIFICULTADES" como ellos mismos escriben en la página 73 de su comentario ellos hacen todo lo posible por opacar la información que la Biblia documenta. ¿No son ellos los "defensores de la Biblia"? Solo una palabra puede describir su conducta, pamplinas.

Los propios teólogos quedan atrapados ante sus propias confesiones pues en la página 73 de la Biblia de Estudio Reina Valera editorial Caribe escriben: "Sin embargo si 6:3 se ha de interpretar como el origen del nombre Yahvé, entonces su empleo anterior es UNA INSERCIÓN del nombre del Dios de Israel en las crónicas patriarcales anteriores." ¡Tremendo! Ellos mismos lo ADMITEN. Note que los teólogos han escrito: "entonces su EMPLEO ANTERIOR es una inserción." ¿Es qué? "UNA INSERCIÓN." Los teólogos han "metido la pata" pues han ADMITIDO públicamente que los escribas han añadido de forma FRAUDULENTA el nombre Jehová por todo el libro de Génesis cuando el mismo NO APARECE en los manuscritos hebreos antiguos ni sigue la cronología de los eventos que presenta Éxodo 6:3. ¿No le dijimos al principio que ellos han falsificado la Biblia? La propia admisión que estos teólogos han dejado por escrito los ha atrapado. La luz alumbra aún en medio de la oscuridad, iluminación ha sido manifestada.

Al frente del panteón cananita había una deidad suprema llamada EL; un término que en hebreo bíblico era genérico para «deidad», derivada de la palabra acadia Ilu, que literalmente significa «El Elevado o Noble». Pero en los relatos cananitas sobre los dioses y los hombres, EL era el nombre personal de una deidad concreta, que representabala autoridad máxima en todos los asuntos, divinos o humanos. Una estela encontrada en Palestina muestra a EL sentado en su trono mientras una deidad más joven le sirve una bebida, probablemente uno de sus numerosos hijos. EL usa un tocado cónico con cuernos, símbolo que caracterizaa los dioses en todo el antiguo Cercano Oriente; la escena está dominada por un globo alado omnipresente, el emblema del Planeta de los Dioses.

En tiempos pasados, EL era la principal deidad de los Cielos y de la Tierra. Pero cuando tuvieron lugar los sucesos relatados en las tablillas, EL vivía en un retiro relativo, apartado de los hechos cotidianos. Su residencia estaba «en las montañas», en «las dos fuentes de las aguas». «Allí se sentaba en su pabellón, recibiendo a sus emisarios, manteniendo consejos con los dioses y tratando de resolver periódicas disputas entre los dioses más jóvenes». Muchos de ellos eran sus propios hijos; algunos textos sugieren que EL pudo haber tenido 70. De ellos, 30 los tuvo con su consorte oficial Ashera; los otros, con varias de sus concubinas y también con algunas humanas. Un escrito poético cuenta cómo dos mujeres vieron a EL desnudo mientras paseaban por la playa; quedaron encantadas por el tamaño de su pene y terminaron cada una de ellas dándole un hijo.

Los descendientes principales de EL fueron tres hijos y una hija: los dioses Yam («Océano, Mar»), Ba'al («Señor») y Mot («El Golpeador, Aniquilador»), y la diosa Anat («Ella, la que responde»). Sus nombres y relaciones son fácilmente comparables con los dioses griegos Poseidón (Dios de los Mares), Zeus (Señor de los Dioses) y Hades (Dios del Mundo Más Bajo). Ba'al, como Zeus, estaba siempre armado con un misil relampagueante, y era el toro su símbolo de culto. Cuando Zeus combatió a Tifón, fue su hija Atenea, Diosa de la Guerra y el Amor, la única que le acompañó; y en los relatos egipcios, Isis fue la única que se quedó con su hermano-esposo Osiris. Lo mismo ocurrió cuando Ba'al combatió a sus dos hermanos; su hermana-amante Anat llegó en su ayuda. Como Atenea, ella era por una parte «La Doncella», a menudo ostentando su belleza desnuda; y por otra la Diosa de la Guerra, con el león como el símbolo de su bravura. El Antiguo Testamento la llama Ashtoret.

Los vínculos con la memoria y creencias prehistóricas egipcias no eran menos obvios que con los griegos. Osiris fue resucitado por Isis después de que ella encontrara sus restos en la ciudad cananita de Biblos. Del mismo modo, Ba'al fue devuelto a la vida por Anat después deque fuera golpeado por Mot. Seth, el adversario de Osiris, era a veces llamado en los escritos egipcios «Seth de Safón»; Ba'al adquirió el título de «Señor de Safón». Los monumentos egipcios del Nuevo Reino a menudo describían a los dioses cananitas como deidades egipcias, llamándolas Min, Reshef y Anthat. Encontramos así los mismos relatos refiriéndose a los mismos dioses, pero con nombres diferentes, en todo el mundo antiguo.

Los estudios señalan que todos estos relatos son ecos y no versiones verdaderas, de los muchos más antiguos y originales relatos sumerios. Los relatos están repletos de episodios, detalles, epítetos y enseñanzas que también conforman el Antiguo Testamento, confirmando un escenario común (Gran Canaán), y las tradiciones y versiones originales comunes.


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http://teologia5nivel.blogspot.com/2009/05/la-evolucion-de-hashem-henoteismo.html


http://www.urantia.org/spanish/es_docs/doc096.html